La joven gestante tiene apenas 17 años: "No quiero tener de nuevo otro bebé a la fuerza".
Una jueza dio en adopción a un bebé antes de su nacimiento
Una joven de 17 años llegó al despacho de la jueza de familia Marta Legarreta en Corrientes para contarle su infierno y afirmó: "No quiero tener de nuevo otro bebé a la fuerza".
La adolescente fue acompañada de su tía al despacho donde le expuso a la magistrada que su padrastro la viola desde los 13 años, la golpea si se niega a tener relaciones con él y la amenaza para que no lo cuente.
La madre de la chica nunca intervino, ni siquiera cuando quedó embarazada hace tres años y tuvo a su primera hija. Pero esta vez fue diferente porque apenas se enteró de que estaba embarazada se escapó de su casa al pueblo de su tía para pedir ayuda, según informó el diario La Nación.
La adolescente llegó al despacho del juzgado para pedir una interrupción legal del embarazo. La jueza resolvió que la chica se quede con su tía y prohibió al padrastro acercarse.
Corrientes es una provincia declarada "Provida" por lo que los médicos en los hospitales se escudan en esta condición para no cumplir con el protocolo de interrupciones legales de embarazos. Por este motivo la jueza le dio un certificado para que lo presentara en el hospital San José, de esa localidad, para que no hubiera demoras ni dilaciones.
La chica fue al hospital, donde la evaluaron y le dijeron que estaba de 23 o 24 semanas de gestación. Según consta en el expediente, los médicos le explicaron los riesgos de realizar un legrado a esa altura del embarazo, y la adolescente desistió del aborto y volvió al juzgado con la idea de dar en adopción al bebé.
La jueza decidió otorgar a una pareja, con carácter cautelar, urgente y condicionada a la ratificación del consentimiento materno en un plazo de 45 días, el cuidado personal provisorio de una niña nacida un día después del fallo, que data del 12 de julio pasado.
En la misma resolución, la jueza Legarreta ordenó al hospital que le conceda a la adolescente "la mayor privacidad, confidencialidad, respetando en todo momento el derecho a la preservación de su intimidad durante el alumbramiento y estadía en el nosocomio local, no siendo preguntada ni indagada por el personal médico y de enfermería respecto de la decisión, condiciones y circunstancias y/o cualquier cuestión relacionada al embarazo y guarda del niño por nacer".
Y marcó en el dictamen que la chica debía ser asistida en "una habitación privada para su recuperación post parto".
Asimismo, le hizo saber a la joven "que goza de plena libertad para cambiar su decisión desde el momento mismo del nacimiento del niño, o en caso de mantenerse firme, hasta ratificarla luego de los cuarenta y cinco días posteriores al nacimiento".