Quieren aprovechar el momento que impone el Acuerdo de Libre Comercio con la Unión Europea.
Los empresarios van por la reforma laboral
En el gobierno nacional y también entre los empresarios están convencidos de que es necesario incrementar la competitividad de la mano de obra local, como vía para poner a las industrias locales en condición de competir sus pares europeas, con vistas al acuerdo Mercosur-UE.
El punto es que las leyes laborales europeas son más duras que las que imperan en el Mercosur. Por caso, los gobiernos que se muestran más refractarios al acuerdo ponen como condición para firmar, entre otras cosas, que los estándares de protección al empleo sean iguales o equivalentes.
Un importante funcionario de la Cancillería afirmó días atrás a Agencia NP que el sistema de leyes de protección a los trabajadores en Argentina es casi idéntico al que rige en Francia. "Lo que pasa es que los franceses tienen serios problemas de competitividad con Alemania", advierte el funcionario, como para que los sindicatos locales no se entusiasmen en que nadie va a tocar nada en ello.
Algunos en el Gabinete ven a Alemania como ejemplo a seguir. Eso no implica que los alemanes sean legalmente más flexibles. En realidad, los sindicatos tienen una disposición más negociadora que los franceses.
Para el ministro de la Producción, Dante Sica, el modelo es el que se usa en Vaca Muerta para desarrollar el yacimiento de shale gas y petróleo de Neuquén. El modelo es lo suficientemente robusto como para atraer a la British.
La empresa desistió de un proyecto en China para venir a la Patagonia. Se trata de acuerdos parciales entre empresas y sindicatos. Se trata de acomodar horarios de trabajo.
Pero los empresarios se entusiasman con ir más allá. Es uno de los temas al que dedican más de un posteo en el grupo de WhatsApp que integran 256 directivos y dueños de empresas.
Algunos ya piden que se elimine la indemnización por despido y se la reemplace por un seguro especial como el que rige en la Construcción. Es demasiado. No va a ser apoyado por nadie.
Los sindicalistas, en tanto, están preocupados por la embestida de las empresas, pero en el fondo, tienen claro que el acuerdo Mercosur-Unión Europea actúa como un piso de derechos y deberes para sindicatos y patronales. Tienen claro que los europeos no van a tolerar una degradación de las leyes de protección al trabajo para que ingresen productos al territorio comunitario con dumping social.
Es más, desde el gobierno afirman que para competir con Europa no es importante el precio, sino la calidad. Vale decir que los costos laborales no harán la diferencia.