Se trata de un lago lleno de residuos peligrosos que se utiliza para lograr fotos perfectas.
Las aguas turquesas peligrosas que tientan a los influencers
A pesar de que las autoridades advirtieran a los turistas y viajeros que las aguas del lago de Novosibirsk son tóxicas, el color turquesa que refleja atrae a influencers de todo el mundo para tomar una foto perfecta.
Fotos de novios recién casados abrazándose en su orilla, bañistas con coloridos unicornios inflables atravesando sus aguas transparentes y besadas por el sol y aspirantes a influencers posando en bikini o haciendo yoga sobre sus bancos de arena no reflejan ni por asomo la peligrosidad real de este lago, que ni siquiera es un lago.
En realidad se trata de un estanque al que van a dar los restos tóxicos de una central de energía térmica cercana que provee de electricidad a toda la ciudad de Novosibirsk (1,6 millones de habitantes). Entre esos restos, las cenizas del carbón quemado en la central.
Este paraíso presto para la fotografía y el hashtag es, en realidad, un basurero de óxidos metálicos nocivos para la piel solo por el contacto con ella. Sus aguas son turquesas, en realidad, por culpa de una reacción química.
Dado que ni la cercanía de la central térmica (cuyas chimeneas se ven tanto desde los edificios más altos de Novosibirsk como desde el lago) ni su olor a detergente parece detener a los osados instagramers a la hora de sacar una buena foto para ganar likes, la administración de la central ha decidido cerrar las carreteras que llevan hasta el lago. "Esto no es una playa", han advertido en un comunicado.