La capitana Carola Rackete llevó a sus pasajeros hasta tierra firme y el gobierno italiano la quiere condenar por incitar a la inmigración ilegal y forzar su paso a pesar de que un buque militar intentó impedir su avance.
Tiene 31 años y salvó a 40 personas pero está detenida
La capitana del Sea Watch, Carola Rackete, fue arrestada en Italia por desembarcar a 40 inmigrantes en el puerto de Lampedusa desafiando las órdenes del ministerio del interior de devolver a todos sus pasajeros a África.
La mujer de 31 años afirmó en diálogo con el diario italiano Corriere della Sera que: "No fue un acto de violencia, sino uno de desobediencia".
"La situación era desesperada", aseguró. "Mi meta era simplemente traer a esta gente desesperada y exhausta a la costa. Mi intención no era poner a nadie en peligro. Ya he pedido disculpas y las reitero ahora", completó.
A pesar de que el gobierno italiano quería detener el navío, la capitana avanzó hacia el puerto ya que ella misma sabía que no podía resguardar la integridad física y psicológica de las personas a bordo de su barco.
Finalmente, la madrugada del sábado, Rackete avanzó rumbo al puerto a pesar de que el gobierno italiano se ha negado a recibir este tipo de navíos hasta que la Unión Europea acoja a los migrantes, una directiva del ministro del Interior, Matteo Salvini, dirigente de extrema derecha.
"Yo no tenía la obligación de obedecer", explicó Rackete. "Me estaban pidiendo que los llevara de regreso a Libia. Desde un punto de vista legal, estas personas estaban huyendo de un país en guerra y la ley te impide llevarlos de vuelta", añadió.
La joven capitana deberá responder por las acusaciones del gobierno de incitar a la inmigración ilegal y forzar su paso a pesar de que un buque militar intentó impedir su avance. El segundo crimen, de acuerdo con las leyes locales, podría costarle entre tres y 10 años de cárcel.
A los migrantes se les permitió desembarcar a su llegada a Lampedusa y fueron llevados a un centro de recepción donde serán llevados a Francia, cuyo Ministro de Interior aseguró que permitiría el acceso de una decena de ellos, o a Alemania, Finlandia, Portugal o Luxemburgo, que también se han expresado en favor de dejarlos ingresar.
Por su parte, Johannes Bayer, el director de Sea Watch International, la ONG que opera el barco, apuntó en la red Twitter que "estamos orgullosos de nuestra capitana. Hizo lo que era necesario, insistió en el derecho marítimo y puso a esas personas en un ambiente seguro".