Más de 70 mujeres de todas las edades se organizan en una Feria Americana colectiva en El predio Saúl Contardi, de Luján de Cuyo. El municipio amenaza con desalojarlas.
Mujeres al frente de la Feria Americana que copa Luján
Una Feria Americana que funciona desde marzo de este año en Luján es la salida laboral y lo que pone un plato de comida sobre la mesa a muchos familias que volvieron a una economía social para mantenerse.
Agustina Cortéz, Sofía Gómez y Damaris Prado, dos de las organizadoras, comentaron cómo logran impulsar una economía empoderada.
Agustina se encontraba pasando por una difícil situación económica, sin trabajo, alquilando y con un bebé muy chiquito. Fue entonces que decidió ponerse una mesita con algo de la ropa que ya no usaba en la plaza del barrio. A la semana se sumó su prima, Sofía Gómez, y al mes ya eran casi 20 mujeres en la misma situación: todas buscando un paliativo a la crisis.
Desde marzo hasta hoy, son más de 70 las que copan el predio de la calle Saba Hernández, entre Ricchieri y San Martín, ofreciendo ropa nueva y usada, accesorios, calzado, maquillaje, plantas, todos los viernes, algunos sábados y feriados. Siempre y cuando no sean alimentos podes encontrarlo en la feria.
Las hamacas se llenan de niños que van y vienen, los bancos de gente compartiendo mates, los tablones a ambos lados de las vías del ferrocarril, hoy convertida en ciclovía, son testigos de cartelitos con precios y percheros fabricados por ellas mismas.
La sororidad es tan fuerte que los días más fríos, en los que la gente casi no se asoma por la feria, se compran e intercambian mercadería entre ellas.
La organización corre por cuenta de tres de las mujeres que hacen las veces de coordinadoras. Lo importante se discute y se pacta en reuniones semanales de las que forman parte todas las integrantes y además también cuentan con un grupo de WhatsApp para comunicarse rápidamente.
Damaris Prado, es la encargada de conseguir los tablones para las que no disponen de una mesita propia a $40 por cada uno. A pesar de que son muchas las que se acercan a consultar para sumarse, el grupo se ve obligado a mantenerse lo más pequeño posible y evitar conflictos con el entono y el municipio.
Reglas básicas
Para mantener la armonía tienen reglas básicas de convivencia, de limpieza y de presentación de la mercadería por ejemplo: los productos no pueden exhibirse en el piso, el predio debe quedar limpio y la basura en los tachos instalados en el lugar. No se puede poner música para no molestar a los vecinos, y el estacionamiento no debe obstaculizar el tránsito.
Hace algunas semanas, un inspector pasó por el predio y les pidió que se acercaran a la municipalidad para regularizar la situación. En Mendoza, la venta ambulante y la ocupación de espacios públicos para este tipo de comercio está prohibida.
Desde el municipio les ofrecieron otorgarles un permiso si accedían a trasladarse a un espacio cerrado. Además, deben disponer de una personería jurídica por medio de una escribana y abrir una cuenta bancaria.
Eso, aunque entienden que es la vía legal y correcta, es algo imposible para estas mujeres que a duras penas logran vender lo básico para el día.
Por el momento cuentan con una única opción para trasladarse y es un club que linda con el predio, pero no han podido acordar un día entre semana que les convenga a todas ya que los viernes se realizan actividades deportivas en el lugar.
La mayoría de las mujeres son madres de niños pequeños que pasan las tardes con ellas en la plaza. Otro gran porcentaje lo componen las mujeres mayores que, además, aprovechan para socializar. También hay estudiantes que ven en la feria una opción más para comprar libros de texto y pagar pasajes de colectivo.
Mujeres solas, mujeres acompañadas, mujeres jóvenes y mujeres grandes se organizan con lo que tienen construyendo redes solidarias para conseguir un poco más de dinero que las ayude a solventar sus propios gastos y obtener independencia económica.