La aspirante peronista a gobernar Mendoza tiene el poder político para definir las precandidaturas para diputados nacionales. Cómo lo hará.
Cristina le dio "la lapicera" a Anabel
El viernes fue un día importante para Anabel Fernández Sagasti ya como candidata a gobernadora del peronismo. Todos los candidatos a intendentes asistieron a su convocatoria.
Pero quizá fue más importante el jueves para ella, desde lo partidario. Con su compañero de fórmula, Jorge Tanús viajaron a CABA para entrevistarse con la fórmula nacional conformada por Alberto Fernández y Cristina Fernández.
En este proceso interno del peronismo local, es posible que se comience a configurar una nueva forma de relación entre los sectores porque quien está al frente es la senadora kirchnerista, ahora empoderada por el triunfo electoral.
Esa es una primera novedad conceptual, diríamos.
¿Por qué? Porque una mujer política joven lidera un trabajo de campaña electoral y que por característica generacional tiende a una labor colaborativa y en equipo.
Peronista pero millennial
Por más que AFS diga que ya no es "tan joven", ella es parte de la generación millennial. Y eso es una incógnita para esta política y esta dirigencia tradicional. La candidata es parte de la camada de los jóvenes que nacieron entre 1980 y 2000, de acuerdo los estudios sociológicos publicados. De hecho todos los pibes de La Cámpora lo son.
Pero en esta historia que se escribe alrededor de la construcción partidaria en medio de una crisis de identidad política, se encuentra el tradicional verticalismo peronista aún vigente para definir las personas y los rumbos para ganar elecciones.
Y como piensa y expresa el gobernador Alfredo Cornejo sobre el peronismo: es una máquina de juntar votos cuando se pone en marcha, más allá que su capacidad de gobernar sea cuestionada por el mismo mandatario.
El punto central de esta descripción es el encuentro de la triunfante Anabel con su mentora política: Cristina Fernández.
La precandidata a vicepresidenta es la que ha sostenido a la abogada mendocina desde hace nueve años como parlamentaria nacional, primero como diputada y ahora como senadora.
La expresidenta es la jefa de todo lo que hoy se puede llamar peronismo clásico, después del zarandeo que ella ideó y produjo la atomización del movimiento político ahora dividido por la grieta.
El asunto es que CFK conduce a los peronistas que van del medio a la izquierda y hasta el fondo "nacional y popular".
Cumpliendo con ese papel, la expresidenta le está trasvasando a su discípula la tarea de definir qué y cómo será la campaña y quiénes serán los postulantes para ocupar los cargos electivos.
Esto lo admitió cuando la consultaron informalmente después de la presentación de los 18 candidatos para las intendencias.
La electora
¿Quién tiene la lapicera? Le preguntaron en la terraza del hotel Portal Suites. En la jerga partidaria quien tiene "la lapicera" es quien pone los nombres y en los casilleros de la lista de candidatos a diputado nacional en este caso.
Ella sonrió levemente y asintió asumiendo esa responsabilidad que tiene que enfrentar ante los otros dirigentes que la observan.
La cuestión es que habrá discusión con la idea de que todas las expresiones internas que participaron de las PASO, estén contenidas pero será la candidata a gobernadora la que cierre los registros de las postulaciones, no sin antes "presentarlos" a la fórmula nacional de Alberto y Cristina.
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De todos modos, advierte ella, en este tiempo ya cuenta con la conformidad previa que de lo que se defina en Mendoza será respetado por la dupla de los Fernández.
Las especulaciones son variadas sobre quién será la cabeza de lista para estas candidaturas en el Congreso. Quien aparece como el más mencionado es Alejandro Bermejo, el relegado por la elección primaria pero rescatado por AFS por respetar el pacto de no agresión durante el anterior proceso electoral.
Existen otras proyecciones como el lógico reclamo de los hermanos Félix por su predominio en el Sur. Por eso muchos hablan de las posibilidades de la otra Cristina (Da Dalt) compañera de fórmula de Bermejo en la interna que ganó Anabel.
En este punto estamos de esta historia peronista y menduca. Donde hay atisbos notables de renovación y una discusión fuerte en la puerta de la escena partidaria, con una referente principal que se mueve distinto a lo clásico.
"Y esto sólo para empezar...", diría un ex gobernador peronista.