Son "papers" que indican que en Italia estaban al tanto de los abusos del cura Corradi.
Los documentos que comprometen a la Iglesia italiana con el caso Próvolo
En el marco del inicio del juicio por los abusos en el Próvolo, se conocieron dos documentos que indican que las autoridades eclesiásticas en Verona, Italia, estaban al tanto de lo que ocurría en las sedes del instituto en cuestión.
Los "papers" se relacionan con Eliseo José Pirmati, uno de los sacerdotes acusados de abusos en el Instituto Próvolo de La Plata, quien permanece refugiado a salvo de la Justicia argentina en Italia, la cual reclama su extradición al país.
Pirmati vivió 37 años en La Plata, entre 1970 y diciembre de 2017, cuando dejó el país para reinstalarse en Verona. El sacerdote se encuentra refugiado en la Casa Madre de la Congregación Stradone Antonio Próvolo en Verona. La propiedad está vinculada al Instituto Próvolo de esta ciudad, donde también se han denunciado abusos desde 1950 hasta 2015.
El primer documento revelado es un acta de la Fiscalía General ante los tribunales de Verona, Italia, y data de 2017. Es el pedido de archivo de una presentación en torno al obispo de la ciudad, Giuseppe Zenti, máxima autoridad de la Iglesia Católica en esa jurisdicción. En el acta se refleja una discusión que mantiene con la asociación de ex alumnos sordos del Próvolo de Verona que lidera Giorgio Dalla Bernardina.
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Uno de los puntos de la disputa es en torno al reconocimiento de que la Iglesia sabía y protegió al sacerdote Nicola Bruno Corradi, principal acusado de los abusos en La Plata y Mendoza, y también en Italia. Corradi compartió el manejo del Próvolo platense junto a Pirmati hasta 1997. Luego fue trasladado al instituto en Mendoza.
Las víctimas sostienen que el Instituto Próvolo y la congregación sabían que Corradi era pedófilo cuando lo enviaron a trabajar con niños y niñas sordos a la Argentina. "El hecho de no supervisar la conducta del sacerdote en Argentina es, en cambio, una conducta que va más allá de la responsabilidad legal del obispo Zenti, y posiblemente solo concierne a su responsabilidad moral", concluyó la Fiscalía General en el documento.
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El segundo documento se trata de una carta escrita de puño y letra, en la que consta que el obispo de Verona, Guiseppe Zenti, fue interrogado en las instalaciones del Obispado para garantizarle confidencialidad. Allí, Zenti reconoce que sabía de las acusaciones contra Corradi desde 2007. Sin embargo, el obispo niega las acusaciones de los ex alumnos del Próvolo e incluso sostiene que las múltiples denuncias de abusos de los alumnos del Próvolo en la Argentina se deben a que las víctimas quieren quedarse con las "finas propiedades" del Instituto.
Posteriormente, Zenti admite que debió pagar 10.000 euros a la asociación de ex alumnos que lidera Giorgio Dalla Bernardina por haberlos difamado al decir en una conferencia de prensa en 2009 que las víctimas habían intentado chantajearlo.