La gestión, la fórmula, diferenciarse de Macri. Por qué se produjo un triunfo a medida del oficialismo. La irrupción de los jóvenes kirchneristas que le metieron una bisagra al peronismo.
Los aciertos clave de Cornejo, Suarez y Anabel
Las elecciones primarias son también un complejo juego de estrategias. Y en ese ajedrez político, el oficialismo supo explotar bien sus ventajas. Sin euforias ni exageraciones.
Anoche, la postal del triunfo en el Hotel Aconcagua fue más bien austera. Satisfacción, agradecimientos, pocas palabras.
Alfredo Cornejo y Rodolfo Suarez se pondrán a trabajar ahora en la elección de gobernador, en setiembre. Ese comicio estará antecedido por las PASO presidenciales de agosto y la principal preocupación del oficialismo será evitar el contagio. Por ahora, las elecciones nacionales asoman como derrota para Macri y Cambiemos, frente a la fórmula de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner. Antes, Cornejo tendrá -como presidente de la UCR y respaldado por un triunfo firme- las últimas negociaciones con Marcos Peña por el cierre de los frentes nacionales. Esa reunión con el jefe de gabinete será pasado mañana miércoles, por la mañana. A las doce de la noche de ese día cerrarán los frentes. Peña y Cornejo hablaron anoche a las 23:00, por teléfono.
El triunfo del oficialismo fue el de una gestión ordenada y una administración austera y prolija. Cornejo fue el encargado de transmitir ese mensaje, que llegó bien a la población. En los últimos meses además se diferenció tanto del presidente, que logró convencer a los mendocinos: Él no es Macri. La fórmula equilibrada entre Suarez y Mario Abed, que logró contener a una zona productiva descontenta, fue otro de los factores del triunfo. Suarez logró expresar la continuidad de un gobierno "hacedor", más su propia impronta como gestor exitoso en la capital. El tándem radical fue muy fuerte, reforzado con candidatos a intendente que consiguieron sumar muchísimo. En especial, Tadeo García Zalazar, Marcelino Iglesias, Daniel Orozco, y Rodolfo y Ulpiano Suarez en Ciudad.
Ganó la famosa "revolución de lo sencillo", que se expresó tanto en obras e infraestructura como en reformas del sistema judicial, educativo, de seguridad, laboral, estatal. Que contrastó mucho con el estado de cosas que un gobierno justicialista, el de Francisco Pérez, dejó en 2015.
Macri habló con Suarez y De Marchi. Y Peña y Frigerio lo hicieron con Cornejo.
A Cornejo, la jornada electoral del domingo le salió "redonda". Su candidato obtuvo casi el 30% de los votos y el frente Cambia Mendoza superó cómodamente los 40 puntos. El persistente rival interno Omar De Marchi sólo consiguió minoría en el Tercer Distrito, que incluye "su" departamento Luján de Cuyo. Achicó las diferencias con el peronismo en departamentos donde la UCR pierde desde hace años. Ganaron San Martín, mantuvieron el voto favorable en Las Heras, y consolidaron un triunfo importante sobre el frente peronista. Ahora Anabel Fernández Sagasti, en caso de que se confirme el resultado, deberá remontar una diferencia considerable.
El resultado peronista también sería útil al gobierno de Cornejo y la candidatura de Suarez. Suponen que Anabel tiene un "techo", limitado por el rechazo a Cristina. Algo que todavía está por verse y que se resolverá en las primarias de agosto. Sin embargo, hay algo más. La victoria de Fernández Sagasti hará de "barrera" a los votantes de Omar De Marchi. Quienes votaron por el lujanino y que podrían haberse visto tentados de optar por Alejandro Bermejo en las generales del 29 de setiembre, no lo harían de ninguna manera por Anabel. La senadora mendocina "es" Cristina.
El 42 % de los votos que conseguía Cambia Mendoza, le servirán a Cornejo para negociar con Peña y Macri desde otro lugar. Con el jefe de gabinete ya habló. Pero el presidente no tuvo el gesto de llamarle anoche. Sí lo hizo el ministro del Interior Rogelio Frigerio. Macri eligió hablar con Suarez y De Marchi. Los puentes entre Cornejo y la Casa Rosada han sido dinamitados. Ahora, deben caminar sobre los escombros.
La renovación peronista
Si el amplio resultado de Cambia Mendoza sobre el frente peronista Elegí Mendoza representa la muy probable continuidad de la gestión de Cornejo, a través de Rodolfo Suarez; el trabajoso triunfo de la senadora cristinista Anabel Fernández Sagasti sobre Alejandro Bermejo fue el dato disruptivo de la jornada electoral.
Anabel es la renovación peronista aunque ganó en sociedad con históricos como Carlos Ciurca, Guillermo Amstutz, y Alejandro Abraham. Pudo haber "jubilado" a otros históricos. Alejandro y Adolfo Bermejo sólo pudieron salvar Maipú. Y Omar y Emir Félix, San Rafael. ¿Se acabó el peronismo "de familias"? El PJ "de los intendentes" fue duramente derrotado. Anabel, Lucas Ilardo, los pibes camporistas y los "relegados" del peronismo territorial, ganaron en Las Heras y Guaymallén por paliza. También en Ciudad, Godoy Cruz, Luján, San Martín, y varios departamentos más. Les ganaron a los Bermejo, a Rubén Miranda, al presidente del PJ Guillermo Carmona en Ciudad, a Jorge Giménez en San Martín. Y siguen las firmas. La candidatura de Anabel tuvo significado. Ella es Cristina en Mendoza. Su eslogan "Vuelve Cristina" le dio entidad a la candidatura, sostenida con fuerza por un peronismo territorial que muchos creían jubilado. El triunfo en la PASO justicialista de Guillermo Amstutz en Las Heras, sostuvo buena parte del éxito electoral de Anabel. El "armado" en el que trabajaron con paciencia de hilanderos Carlos Ciurca y Lucas Ilardo fue impecable. Jorge Tanús, Omar Parisi, Amstutz, el propio Ciurca, Alejandro Abraham están en esta foto de los ganadores que empezó a gestarse en 2017. Cristina fue su gran argumento. Pero también es el límite.
Ahora, el escenario será propicio para que Alfredo Cornejo tenga una batalla frontal con el "populismo" que viene denunciando. El oficialismo influyó mucho en subir al ring a Anabel Fernández Sagasti. La nombraban, la invitaron a participar en iniciativas de gobierno, la eligieron como socia y adversaria.
Para Anabel es muy difícil. Debe conseguir que quienes no la votaron a ella -y al estandarte simbólico de Cristina- lo hagan en tres meses y medio. Tendrá la tarea de intentar unir al peronismo. Anoche, el PJ derrotado tuvo gestos ásperos. Sabiendo el resultado, tanto Guillermo Carmona como Patricia Fadel demoraron el reconocimiento de la victoria cristinista. Aunque Alejandro Bermejo se comunicó con la senadora minutos antes de las tres de la mañana, para felicitarla por el triunfo.
Cornejo y Suarez sólo deben cuidar lo conseguido, contener a De Marchi, y evitar las sorpresas, que en raras ocasiones también ocurren. En el peronismo ya lo saben de memoria.