Amalia, la hija de Máxima, marca el estilo de las reinas del futuro

Amalia de Holanda es la única de las futuras reinas europeas por cuyas venas corre, además de sangre azul, sangre argentina y es con su mamá, la reina Máxima, con quien practica el español.

 Sorprende a sus abuelos con su fluidez para hablar la lengua de su madre, cada vez que pasan varios días con los Zorreguieta en la Patagonia. También se maneja con total soltura en el inglés gracias a la ayuda amorosa de su abuela, la princesa Beatriz.

Después de cursar sus estudios primarios en la escuela pública Bloemcamp, en Wassenaar, en agosto de este año empezará el secundario en la Escuela Cristiana de Sorghvliet de La Haya –donde estudiaron su padre, el rey Guillermo Alejandro, y su tía Laurentien–, que queda a sólo 10 kilómetros de Villa Eikenhorst, la residencia de los soberanos desde que se casaron, en 2002. 

Así, Amalia podrá ir y venir en bicicleta, aunque siempre vigilada por  la  Guardia Real. 

Este colegio, fundado en 1908 como un centro cristiano protestante, tiene 700 alumnos y en los últimos años ocupó los primeros puestos en los rankings de los mejores centros educativos del país.

La princesa de Orange nació el 7 de diciembre de 2003, en La Haya, y cuando la noticia se conoció la saludaron 101 cañonazos en cuatro lugares del país. 

Seis meses más tarde la bautizaron en la iglesia San Jacobo con el nombre de Catharina-Amalia Beatrix Carmen Victoria y sus padrinos fueron, entre otros, el príncipe Constantin, hermano de su papá, Martín Zorreguieta, el hermano de su mamá, más la princesa heredera Victoria de Suecia. 

Desde entonces se la puede ver crecer en los posados que sus padres organizan cada año y excepcionalmente en algún acto público, como ocurrió hace días con motivo del cumpleaños de Su Majestad el Rey. Sin embargo, por el momento no quieren que tenga una agenda oficial ni exponerla públicamente para que siga disfrutando hasta el último minuto de su privacidad.

La heredera de la corona de los Países Bajos comparte las actividades extracurriculares con sus hermanas, Alexia y Ariane.

Con ellas  se muestra muy protectora: hacen equitación, juegan al hockey y toman clases de piano. Ella, además, está aprendiendo a cantar. En las vacaciones de invierno aprovecha para practicar esquí en las pistas de Lech, Austria, donde la familia real descansa desde hace décadas.

Cuando sea reina, Amalia reanudará ese matriarcado real que cumplieron su tatarabuela Guillermina, su bisabuela Juliana y su abuela Beatriz antes de que su padre se convirtiera en el primer hombre en llegar al trono holandés en 123 años. 

FUENTE: Revista Hola