La jueza dictaminó que al menos dos móviles (creen que fueron tres) persiguieron al 147 "con el propósito de producir la muerte" de los ocupantes. Investigan negocios narcos de los efectivos.
Masacre de Monte: ¿Los chicos vieron algo comprometedor?
El dictamen de la jueza de Garantías de La PLata, Marcela Garmendia, en el cual imputó a cuatro policías por el "cuádruple homicidio doblemente agravado (por abuso de función y por uso de arma) más la tentativa de homicidio de otra menor de edad, asegura que la policía persiguió y tiroteó a los chicos "con el propósito de producir la muerte".
También imputó a tres efectivos por encubrimiento.
Ahora, las investigaciones giran en torno a versiones del pueblo y algunas pruebas que tendría la fiscalía sobre connivencias y negocios entre la policía local y narcos. Quizás los chicos vieron a la policía en una situación comprometedora, es lo que piensan los familiares y los investigadores, porque no encuentran otra explicación a la persecución desenfrenada que hicieron los policías a un auto con cuatro niños y un joven misionero.
El domingo por la noche, Camila López (13), Danilo Sansone (13) y Gonzalo Domínguez (14) paseaban en el auto de Carlos Aníbal Suárez (22). Los cuatro murieron luego de que la policía los persiguiera y les disparara hasta que terminaron chocando con un acoplado que estaba detenido. También los acompañaba Rocío Guagliarello (13), que está internada en estado crítico en el hospital El Cruce de Florencio Varela.
Ayer, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, contó que habían recibido más pruebas que complicaban a la policía de San Miguel del Monte y que se trataba de "algo más complejo que un auto que pasó un control".
Las mentiras develadas
La primera versión de los policías fue que el Fiat 147 había querido eludir un control y que por eso lo persiguieron. Dijeron que un solo móvil lo persiguió y que las muertes se produjeron por un accidente cuando chocaron con el acoplado.
Sin embargo, un video difundido pocas horas después por un joven que filmó minutos después del choque, en el que decía que había escuchado tiros y filmó a la policía, más una cámara de seguridad donde se ve a un efectivo con medio cuerpo afuera en actitud de disparar contra el auto, revelaron que no se trataba de un simple accidente.
A partir de allí y hasta con incredulidad, los investigadores fueron descubriendo lo que la jueza terminó escribiendo en su dictamen: que se trató de una persecución con el fin de asesinar a los cinco ocupantes del Fiat.
Además, en un primer momento los policías dijeron que un sólo móvil había seguido al auto, pero luego se descubrió que eran "al menos dos" camionetas. Los investigadores creen que hubo un tercer móvil involucrado.
También están avanzando en la forma en que otros cuantos efectivos participaron en el encubrimiento de la persecución. Actas con datos falsos como que los policías estaban en otra localidad, un dato que luego fue rectificado mediante los GPS de las camionetas, las armas que se entregaron con cargadores llenos aunque luego se encontraron plomos y vainas de armas distintas pero que se corresponden con las 9 milímetros reglamentarias, falsos testimonios por parte de otros efectivos y hasta un audio que habla de un intento de coimear al dueño del acoplado. Todas estas maniobras dejan en claro que la policía de Monte tiene mucho para ocultar.
Y un negocio para defender al punto de asesinar a tres niños de 13 años y un pibe de 22.