Solo en el Valle de Uco hay tres productores con 500 hectáreas de choclo que destinaban exclusivamente su producción a la planta procesadora de de San Martín.
Efecto Campagnola: productores no saben a quién venderán su producción
El cierre de la planta procesadora de La Campagnola en San Martín y el despido de 125 empleados no solo complica económicamente a las familias de esos ex trabajadores sino que además se está convirtiendo en un verdadero dolor de cabeza para muchos productores agrícolas que destinaban gran parte de su producción a esta empresa.
El impacto de la noticia fue tal que el gobierno salió rápidamente a reconocer que la decisión de Arcor los había tomado por sorpresa y que con otras empresas como ALCO habían podido trabajar en la quiebra. Aunque una vez confirmados los despidos y el traslado de la planta a la provincia de San Luis el propio ministro de Economía Martín Kerchner disparó contra la compañía alimenticia diciendo que "se trata de una empresa monopólica que durante cinco años estuvo produciendo, no con productos mendocinos".
Aunque esa afirmación no coincide con el testimonio de varios productores agrícolas que hoy enfrentan la incertidumbre de no saber a quién le venderán su producción el próximo año ni tampoco cómo harán para subsistir sin tener que despedir a trabajadores. Solo en el Valle de Uco están en riesgo unas 500 hectáreas de choclo que hasta hoy tenían como único destino a la Campagnola. Más compleja parece ser la situación de productores de arvejas a los que Arcor ya les confirmó que el programa de compra se dio de baja.
Por otro lado no solo se trata de los 125 trabajadores que se quedan en la calle sino que la situación afecta a miles de personas entre las que hay transportistas, productores y empresas que comercializan productos y servicios en esa cadena productiva.
Este es el panorama incierto que describe Gabriel Sáez, productor del Valle de Uco consultado por este diario, quien además dice estar muy complicado porque el 40% de toda su producción estaba destinada a la Campagnola con lo cual si no consigue un nuevo comprador en el corto plazo se verá obligado a reducir su estructura operativa y a despedir trabajadores.
Según Sáez desde la empresa la única propuesta que les han acercado desde la empresa es que no quieren dejarlos afuera de la cadena y que por ese motivo les comprarán este año una parte de la producción. Sin embargo la condición para el año que viene es que los productores que quieran continuar trabajando con la compañía deberán hacerlo en San Luis. Condición que para muchos resulta casi imposible porque implicaría tener que alquilar campos y trasladar toda su estructura operativa a esa provincia.
También habría que considerar que una migración de empresas locales a San Luis significaría un duro golpe a la actividad productiva y económica de Mendoza la cual este año ya recibió la mala noticia de haber descendido al sexto lugar en el ranking de participación del PBI a nivel nacional tras ser superada por la provincia de Neuquén. En ese marco la estadística oficial también confirma que el sector agropecuario mendocino representaba en 2004 el 4,15% de la agroindustria argentina y que en 2017 cayó al 2,32%.
Entre las razones que motivaron el cierre y traslado de la planta de la Campagnola Sáez cree que hubo algo más que el conflicto con Irrigación y que el verdadero motivo podría esconder alguna ventaja impositiva. "No le encuentro otra lógica, no es una empresa que cierre por problemas financieros. El gobierno de San Luis le tiene que haber hecho un ofrecimiento impositivo que acá parece que no consiguieron" aseguró el productor.
Finalmente Sáez consideró que reconvertirse no es una opción viable porque conlleva tiempo y porque la enorme inversión que se ha hecho en maquinaria para producir choclos quedaría obsoleta (sembradoras, cosechadoras, máquinas de curar, etc). En ese sentido agregó que para reconvertirse hace falta financiamiento accesible pero lo que hoy les ofrecen los bancos es "una usura legal".