Para Claudia Cortez, el juez resolvió como debía. Sin embargo, está arrepentida de lo que sucedió porque no deben resolverse así las situaciones.
La mujer absuelta por matar al esposo: "Estoy feliz"
Este miércoles en Mendoza, el tercer juicio por jurado tuvo un desenlace que marca un hito en el sistema judicial local. La acusada de homicidio agravado, Claudia Cortez, fue absuelta porque el jurado popular no se puso de acuerdo.
La mujer mató a su esposo, Carlos Ernesto Pelayes, en Godoy Cruz una noche que él estaba alcoholizado e intentó abusarla y golpearla. Ella argumentó que al defenderse, tomó un cuchillo y se lo clavó. Pero luego limpió la sangre, baldeó el piso, acostó a su marido en la cama y llamó a la Policía diciendo que no sabía por qué había muerto.
Los integrantes del jurado, seis mujeres y seis hombres, no se pusieron de acuerdo en si era culpable o no, y el fiscal Fernando Guzzo decidió no pedir un nuevo juicio, es decir que desistió de continuar con la acusación y persecución judicial.
Claudia Cortez, luego de haber sido absuelta por el tribunal, brindó una entrevista a Canal 7. Contó sobre el fallo: "Estoy feliz, agradecida a Dios, a mis abogados, se hizo justicia y la señor juez, que también se puso en mi lugar, me absolvió. La verdad es que me siento libre, pero no de hace doce meses (cuando mató a su esposo), sino de 30 años de sometimiento y maltrato".
La acusada, sentada en el banquillo de los acusados, aguardaba nerviosa la decisión del jurado. Ella aseguró que "tenía mucha fe, porque yo no hubiera necesitado pasar por esto y hacer pasar a mi familia por esto, porque desde el primer día que fui detenida me sentí libre. Entonces sentí que mi palabra se tenía hacer escuchar, porque ya habían pasado muchos años de silencio".
Es decir, que Claudia Cortez creía que el jurado no la consideraría culpable del crimen sino más bien de haber matado en defensa propia.
Pero lo que se conoció sobre el caso es la parte final de la vida de la mujer y de su esposo muerto. Pero detrás hay una historia de violencia que Claudia no denunció a tiempo. Ella relató que el maltrato fue "de menor a mayor. Yo tenía 17 años cuando lo conocía a él. Fue mi primer novio, después me casé tuve hijos y uno se va metiendo en el mismo carrusel sintiéndose culpable".
Al respecto detalló que los primeros maltratos se iniciaron en la adolescencia: "Yo había empezado mi carrera. Estudiaba Trabajo Social, que en ese momento era de 3 años, nada más y él no me lo dejó continuar. Todos los días eran problemas porque salía de noche, de la Universidad de Cuyo, y los celos que eran generalizados", recordó. Y las situaciones físicas fueron "primero empezó con un empujón, después con un zamarreo y todo fue de menor a mayor".
El día que mató a su esposo
Cuando Pelayes llegó a la casa se produjo el episodio en el que Claudia lo mató. Sobre ese día en particular recordó: "Solo sé que nunca pasó por mi cabeza hacer eso, si tantos años lo protegí porque él tenía muchos problemas con la justicia y había estado preso: Pero las cosas ya habían pasado los límites. Ya el abuso no era psíquico, sino que pasó a sexual".
Como declaró en el juicio en su contra, aseguró en la entrevista: "Yo tengo cáncer de mamá y estoy operada, entonces en ese momento mis mamas me dolían. Le pedía que por favor no (tener sexo) porque había estado todo el día con dolores y él no me escuchó. Se me habían sumado cosas de problemas con mis hijos".
Está arrepentida
"Estoy totalmente arrepentida. Eso no me lo voy a poder sacar nunca porque no está bien y no tendría que haber sido de esa manera. Por eso creo que Dios dejó que hoy estuviera viva.
No contó que lo había apuñalado
Según la versión que sostuvo Claudia Cortez, no le dijo a la Policía del cuchillo que le había clavado a su esposo "porque yo no lo sabía, era un momento de shock, no me di cuenta y veo como que a él el pecho le dolía y empieza a trastabilla hacia la pared. Yo sé que agarré el cuchillo e hice así (hace el gesto de defensa), pero no sé. Era para salirme de la situación. Muchas veces esto ocurría y él me dejaba ir. Otras veces mis hijos me defendían y me llevaban hacia sus dormitorios", recordó.
Luego, ella llamó a la Policía y cuando llegaron los efectivos "yo estaba en shock y no sabía que es lo que había pasado. Mis hijos lo dicen, que ellos tampoco se habían dado cuenta, después se dan cuenta (que el padre había muerto). El fiscal Guzzo lo quiso poner así, por eso digo que él dimensionó las cosas, porque ni la Policía, ni el servicio que vino a hacer la reanimación, en ningún momento vieron ni la sangre, ni nada de estas cosas. Después lo de lavar el cuerpo. Es ilógico, como no lo voy a lavar y dejar la remera con la herida. Es ilógico", finalizó.