El ataque a Miguel Yadón y Héctor Olivares puso en la agenda pública una trama de sexo, traición y venganza de una familia gitana. Los códigos milenarios y la persecución que vive la comunidad.
Honor y sangre: los códigos gitanos
Cara de gitana, dulce apasionada, me diste tu amor con una espada. (...) Otro te abrazaba, otro te besaba pero eras a mí, a quien mirabas ... dice la canción de Daniel Magal.
Una familia gitana ha sido la noticia de la semana ya que al menos siete personas de la comunidad, la mayoría parientes entre sí, están detenidos por el crimen de Miguel Yadón y por herir de gravedad el diputado nacional Héctor Olivares.
El asesinato estuvo planeado. Fue una emboscada en Rivadavia 1671 a metros del Congreso de la Nación, en la mañana fría de este jueves 9 de mayo. Es probable que el asesinato del funcionario Yadón hubiera pasado desapercibido en las crónicas policiales. A lo sumo alguna réplica por la cercanía al Congreso, pero hubiese quedado perdido en algún cable de noticias. Sin embargo, Yadón estaba acompañado por el diputado nacional, Héctor Olivares, presidente del Comité de la UCR de La Rioja.
El pánico del Gobierno a que fuera un ataque político, en un año electoral con la sensibilidad "al palo", puso el hecho policial en la alerta de todos los medios del país. Lo cierto es que todo indica que Olivares fue un "desgraciado", en el sentido de que estuvo en el lugar y la hora equivocados, ya que el ataque no era para él. En este momento, el diputado pelea minuto a minuto para continuar con vida, en el Hospital Ramos Mejía.
Ver: Uno a uno, estos son los detenidos por el crimen de Yadón
Con el correr de las horas la hipótesis del móvil político se cayó y empezó a tomar forma una trama de sexo, amantes y relaciones prohibidas. Estefanía Fernández, una zíngara de 24 años, presuntamente tenía una relación oculta con Miguel Yadón. La familia de ella no habría aceptado la situación. Luego sí, pero Yadón no habría cumplido su promesa de separarse de su familia catamarqueña. También se habla de un supuesto embarazo, del cual la víctima no se hizo cargo. Ello habría sido la gota que rebalsó el vaso para organizar el crimen. Cabe aclarar que este último dato es extraoficial.
¿Cuáles son los códigos de los gitanos?
En la comunidad gitana hay valores muy arraigados vinculados al respeto por la mujer. "El gitano ni mata, ni viola a una mujer", dice una fuente de la comunidad.
El casamiento es una celebración muy importante. La tradición marca que los contrayentes deben ser jóvenes y en las comunidades más cerradas aseguran que suele exigirse la "máxima pureza". En este sentido, si la mujer no es virgen, solo se podrá casar si encuentra a un varón soltero dispuesto a unirse a ella. En el pasado, algunas sectores más ortodoxos hacían la prueba del pañuelo, como "tester" de pureza. Consistía en introducir un pañuelo blanco en la vagina para romper el himen. Las manchas que quedaban en el pañuelo eran la afirmación de la "pureza", la virginidad, para ser claros.
La novia impoluta no es lo único. Hay otros dos valores sagrados para los gitanos: la fidelidad -exigida tanto en el seno del matrimonio como en el mantenimiento de los vínculos familiares- y el de la palabra. Esto significa que se consideran personas de respeto que "todo el mundo sabe que cuando dan su palabra, la cumplen".
Estos pilares podrían comprenderse en el contexto del crimen contra Yadón. La joven gitana habría mantenido una relación prohibida con un "payo", un hombre ajeno a la comunidad que no habría cumplido su palabra.
Los gitanos, en cifras
En Argentina hay 300 mil gitanos. Nuestro país es la segunda mayor comunidad en América Latina, después de Brasil.
Los gitanos "argentinos" son los calé, de origen español; los de ludar, los Rom y los Rom Kalderash que vienen de Rusia, Serbia, Grecia, Hungría y Rumania. La principal diferencia entre ellos es la lengua y su forma de vestir.
Más allá del impacto mediático de esta noticia es importante aclarar que la comunidad gitana, lejos de la locura de los protagonistas de esta historia, son un pueblo muy sufrido, con miles de años de persecución y prejuicios en las espaldas.
Al respecto, Jorge Bernal, presidente de la Asociación Identidad Romaní Aicra-skokra en la Argentina, dijo en una entrevista en diario Perfil: "Lamentablemente nos creen a todos como que no trabajamos, que somos ladrones, mala gente. Aparecen muchos estereotipos que el imaginario popular termina aceptando", señaló. Hay muchos gitanos y gitanas que poseen negocios, pero no se los puede identificar ya que "las gitanas no se visten con la ropa típica porque saben que las van a discriminar" (...) Acá en Buenos Aires es donde más se vive la discriminación, cuando van a comprar si van vestidas de gitanas la siguen por todo el comercio para ver si van a robar a algo".
Ver: Video: así fue el ataque a Olivares y Yadón