Un informe del Observatorio de ACOVI revela la caída interanual del Poder Adquisitivo del Vino. Si se mira el caso del blanco, se necesita entre un 30 y un 144% más que en marzo de 2018.
Se necesita el doble de vino tinto para comprar lo mismo que el año pasado
Duros datos se reflejan en el último informe del Observatorio Cooperativo de ACOVI que compara el precio del vino que recibe el productor vitivinícola con el valor de insumos que utiliza para producir y otros bienes. Mientras el precio del vino tinto y del blanco ha disminuido, los bienes de consumo y de producción han crecido considerablemente, más aún los alimentos que necesitan las familias con menos recursos.
Para el análisis, el documento advierte que se utiliza un indicador denominado Poder Adquisitivo del Vino (PAV), que representa la capacidad de compra que tiene un productor al recibir el pago por un litro de vino. En este sentido se analiza la cantidad de litros que necesitaría vender para poder adquirir diferentes bienes.
Nicolás Vicchi, subgerente de ACOVI, señaló al respecto que "la primera conclusión es que el poder adquisitivo del vino, tanto de un productor de tinto como de blanco, sigue evidenciando un deterioro a marzo de 2019. En el caso del tinto se requiere entre 60% y 190% más que en el mismo mes de 2018, según el insumo. En cuanto al blanco, este incremento va de 30% a 144%". La caída interanual del precio del vino tinto fue de 24% y del blanco 9%, mientras que los insumos subieron entre 20% y 122%.
Como ejemplos puede mencionarse que este año se necesitaron 2.369 litros de vino tinto (57% más que en 2018) o 3.041 de blanco (31% más que en 2018) para pagar un mes de trabajo a un obrero común, con 9 a 12 años de antigüedad. En cuanto al combustible, en marzo el productor requiere 99 litros de tinto para cubrir el gasoil asociado a 8 horas de uso del tractor, cuando en marzo del año pasado requería 46 (116% de incremento interanual).
Si se analiza el valor de la energía, a marzo 2019 se requerían 380 litros de vino tinto para pagar la factura eléctrica por uso de riego agrícola, cuando el año pasado necesitaba 174 litros (118% de incremento). Para el caso del blanco, se precisan 487 litros versus 267 de marzo 2018 (83% de incremento).
"Aquellos insumos que se encuentran ?dolarizados' o cuya variación está ligada a la evolución de la moneda extranjera, son los que mayor deterioro en términos de litros de vino han evidenciado, es decir que se precisan cada vez más litros de vino para poder obtenerlos a cambio", agrega Vicchi.
Una alarma se da con los bienes alimentarios, como afirma Carlos Iannizzotto, presidente de CONINAGRO y directivo de ACOVI: "El aumento de la Canasta Básica Alimentaria ha sido mayor al de la Canasta Básica Total (CBA 70% y CBT 65%). Los aumentos en bienes básicos o de primera necesidad como alimentos han superado a los de otros bienes o servicios. Esto impacta en aún más en la población de menor nivel económico, quienes son los que destinan mayor proporción de sus ingresos a estos bienes de necesidad primaria".
En marzo de 2019, un productor de uva necesitó en promedio 1.182 litros de vino tinto o 1.517 litros de blanco para poder acceder a la Canasta Básica Alimentaria, es decir, para poder cubrir las necesidades básicas nutricionales de una familia tipo y no considerarse indigentes. Eso significa un 123% de aumento para el tinto y un 87% más para el blanco que en 2018.
"El incremento constante en los insumos y la caída en el precio del vino ha llevado a que en marzo el productor se encuentre por debajo del punto de equilibrio: con sus ingresos no logra cubrir los costos operativos. Necesitamos herramientas que permitan al productor recomponer la rentabilidad perdida, focalizando esfuerzos en variables en las cuales este puede influir, como la reducción de costos o el incremento del rendimiento por hectárea", concluyó Iannizzotto.