Un sacerdote platense denunció comportamientos homosexuales de sacerdotes y seminaristas a las máximas autoridades en Verona. Una canción explícita y otras pruebas.
Próvolo: la carta que tenía Corradi denunciando "conductas feminoides"
Mientras en Buenos Aires avanza la causa de la investigación de abusos sexuales ocurridos dentro de la sede platense del Instituto Antonio Próvolo, y se rechazó el traslado de Nicola Corradi pedido por el juez bonaerense, se filtró una carta que ya denunciaba irregularidades en el Instituto.
En la investigación sobre esa sede, la fiscal a cargo relevó al menos ocho hechos de abusos a menores.
Entre las pruebas con las que cuenta la investigación platense, hay una carta que se encontró en poder del cura Corradi, que denuncia a un ex seminarista y a algunos sacerdotes de La Plata, por sus conductas y complicidades.
La carta, publicada hoy en partes por Infobae, fue enviada en 2002 por un cura de La Plata a las autoridades mundiales del Instituto Próvolo. Se trata de un fax en el que expresaba su preocupación por las "personas afeminadas y homosexuales" que integraban la congregación. También hablaba de la complicidad de curas que lo protegían y daba cuenta de irregularidades dentro del Instituto.
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En la misma, el sacerdote adjuntó como prueba una canción a la que le decían "El cántico de Gerardo". Gerardo era el nombre del seminarista cuestionado.
La canción es explícita:
A pesar de que la carta fue enviada desde el Próvolo de La Plata a las máximas autoridades de la congregación en Verona, Italia, el original lo tenía nada menos que Nicola Corradi. Se lo encontraron cuando se lo detuvo a fines de 2016.
De maltratos y monjas
Las acusaciones también hablan de maltratos, tormentos y castigos corporales que incluían obligar a los niños sordos a arrodillarse sobre maíz o sal durante horas, encierros en jaulas, golpes y ataduras.
En la carta en cuestión, el remitente asegura que "el padre Juan defiende a capa y espada a este Gerardo" y recuerda que "el padre Nicolás" (Corradi), que paso por La Plata y luego estuvo en Mendoza, también estaba al tanto (de los comportamientos de Gerardo) pero no había hecho nada al respecto. Y se pregunta: "¿Qué hay debajo de esto, qué se esconde?", antes de reiterar el "temor" de que el Instituto Próvolo sea conocido como la congregación donde "todos sus integrantes son raros, afeminados, etcétera".
También denuncia maltratos a los chicos por parte de las monjas. Asegura que no les daban a los niños la ropa de abrigo que tenían y que, en cambio, la vendían, o que las religiosas les daban de comer comida vencida a los chicos que "Gracias a Dios no se enfermaron todavía".