Un proyecto de ley propone que las propinas sean blanqueadas y regularizadas. La opinión de uno de los mozos más antiguos de la provincia.
Ley de propinas: proponen que sean fijas en Mendoza
El diputado provincial Guillermo Pereyra (UCR) presentó un proyecto de ley para blanquear, regularizar y establecer las propinas para los mozos en Mendoza.
Al respecto, Miguel Ángel Morilla, que trabajó 50 años en el Mendoza atendiendo a la gente en el Jockey Club y hace poco se jubiló, afirmó en diálogo con el programa Te digo lo que pienso -que se emite de lunes a viernes de 10 a 13 por radio Nihuil-: "El mendocino deja propina, un hombre que tomaba café en el club te dejaba 1 peso, 10 pesos, por lo general 5 pesos es lo que dejan, ese es el billete más visto".
Asimismo resaltó que una propina del 10% es justa para el trabajo de los mozos: "Sí, es justa porque el trabajador gastronómico tiene horario de entrada y no de salida. Entonces, ese esfuerzo creo que merece un premio".
"Hoy el trabajador gastronómico va desde la cocina hasta el plato final, no es como antes que el mozo hacia específicamente su tarea y ahí terminaba, ahora es muy variable", agregó.
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Se refirió también a la atención de los mozos en relación a la propina: "Veo que hay muchos jóvenes y que les falta un poquito de experiencia, y este asunto de la propina por el que están luchando. No es lo mismo atender sabiendo que uno se lleva el 10% de la propina, a que vos te la ganes, porque ahí el mozo viene con otra predisposición, es más atento, agradable porque el tipo busca ganarse la propina".
"A veces falta un poquito de experiencia y la gastronomía antiguamente, ya no es así, era un arte. Los trucos de este arte es esmerarte al 100%. Uno cuando llega al trabajo sus problemas quedan en la puerta y de ahí para adentro sos otra persona, vivís para atender a la gente. Eso debe ser una vocación, debe ser una persona que sienta el deseo de atender, que la gente se vaya conforme, que la gente tenga otro trato con vos porque sabe que lo haces de corazón", sumó.
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También contó que en los 50 años de mozo vivió bien: "Me sirvió para criar a mis hijos, tener una familia completa, todos fueron al colegio. Realmente gracias a Dios no me puedo quejar. Aparte trabajé en un negocio donde éramos una familia".
En cuanto al fenómeno de los mozos chilenos, venezolanos, colombianos y que atienden mucho mejor que los mendocinos, Morilla contestó: "Porque se vienen a ganar el mango y quieren quedar bien con el patrón porque si no van a la calle".
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"Recuerdo que hace muchos años un mozo haciendo un extra me dijo: 'el buen mozo primero pasa por la cocina y después es mozo, porque si el cliente te pregunta cómo está cocido, cuánto condimento lleva y demás, el mozo lo tiene que saber'. Hay que tomarle el gusto a la bandeja", concluyó.