Un padre lo encontró entre los libros disponibles en el jardín de su hijo en Vicente López, en Buenos Aires.
Un libro infantil acusa a Mendoza de robar el agua del Río Atuel a La Pampa
Un libro de cuentos que denuncia que Mendoza se queda con el agua del Río Atuel que le corresponde a La Pampa fue fotografiado por un papá de un jardín que se encuentra en Vicente López, Ciudad de Buenos Aires.
"Cuento que suena a Río" se llama el libro escrito por Patricia Lobos e ilustrado por Cecilia Molinuevo que relata la historia de un grupo de animales que vivía en la vera del río Atuel en La Pampa y que de a poco observaron cómo se secaba hasta quedar tan solo un hilito.
"El canto de las calandrias arrimaba el rumor de que al río se lo habían robado", dice el cuento y continúa: "Esperaron dos días, dos meses, dos años pero el agua no volvía".
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"Poco a poco el Atuel se convirtió en un camino de tierra seca y cuarteada, donde sólo andaba el viento", dice otro fragmento.
"El zorro se asomó desde su madriguera y vio algo que no se esperaba: el río, su río, era apenas un hilito delgaducho de agua. Más que un hilo parecía una lágrima", relata.
En una entrevista realizada a la autora del cuento, Lobos, afirmó: "Me acuerdo de que en cuarto grado cuando estudié en La Pampa me enteré del reclamo por el Atuel y era muy chiquita. Yo decía: 'Cómo no nos van a dar el agua'" por lo que consideró: "Es importantísimo transmitirles esto a los niños".
"Es una riqueza natural que es tan nuestra como de Mendoza", expuso la autora quien al final de la historia publica una reflexión que se titula: "A otro cuento con este cuento".
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Este cuento, de cuento tiene poco, ya que es la historia del Río Atuel, río que nace en la Cordillera, atraviesa la provincia de Mendoza y debería cruzar también la provincia de La Pampa.
Sin embargo, el Atuel en el territorio pampeano sólo existe hoy en la memoria de antiguos pobladores del Oeste y en sus historias.
Es que desde hace muchísimos años Mendoza, poco a poco, fue quitándole agua al Atuel, realizando obras que desviaron el río para aprovecharlo y regar sus tierras.