El interior acomoda el tablero.
El alto costo que paga el gobierno por no negociar con la UCR
La campaña electoral 2019 comenzará a transitar en las próximas semanas por una zona de definiciones y las elecciones provinciales que se avecinan es muy probable que ayuden a iluminar el camino.
Se vienen comicios clave en el interior del país, en especial, en Córdoba, provincia que eligió el presidente Mauricio Macri para tomarse unos días de descanso en Semana Santa, aunque sin involucrarse en asuntos proselitistas.
Tampoco está previsto que lleve adelante una visita de campaña a Santa Fe, donde el fin de semana que viene se celebrarán las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) provinciales, para brindar su respaldo al candidato a gobernador de Cambiemos, el radical José Corral.
De acuerdo con recientes encuestas, se espera que Corral, actual intendente de la ciudad de Santa Fe, tropiece el próximo domingo 28 de abril en las urnas frente al oficialismo local, el Frente Progresista Cívico y Social -con el ex gobernador socialista Antonio Bonfatti a la cabeza- y el peronismo, que sí dirimirá su candidato en internas.
En tanto, en Córdoba, allí donde también logró imponerse Cambiemos en aquella histórica elección legislativa de 2017 -hace apenas dos años-, se ubica muy firme en las consultas sobre intención de voto el actual mandatario provincial, Juan Schiaretti, largamente por delante de sus competidores.
En el distrito mediterráneo la ciudadanía elegirá gobernador el 12 de mayo próximo, en unos comicios que podrían resultar cardinales en el posterior armado del tablero electoral nacional, ya que la mirada de las principales fuerzas políticas del país estará enfocada en esa votación.
En Córdoba, Cambiemos fracasó en su ambición de consensuar un candidato -único- para competir contra Schiaretti, por lo que las propuestas del oficialismo nacional serán dos finalmente allí, con el diputado Mario Negri por un lado y el intendente de la capital provincial, Ramón Mestre, por el otro.
Negri espera para los próximos días en el distrito cordobés la visita de un grupo de espadachines de Cambiemos integrado por su colega diputada Elisa Carrió, la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, y el alcalde porteño, Horacio Rodríguez Larreta, entre otros, con el objetivo de promover su candidatura.
Sin embargo, voceros de la Casa Rosada anticiparon que muy probablemente Macri se mantenga al margen, como lo hará en Santa Fe, después del traspié que sufrió la coalición de Gobierno en Entre Ríos en las PASO del domingo 14 de abril.
En territorio entrerriano Cambiemos recibió una paliza electoral incluso en Gualeguaychú, ciudad a la que viajó el Presidente para promocionar a sus candidatos apenas horas antes de los comicios, en los que triunfó el peronismo unido, encabezado por el gobernador Gustavo Bordet.
Radicales, expectantes
Tras las elecciones en Córdoba se esperan definiciones por el lado de Roberto Lavagna y su eventual lanzamiento como candidato a Presidente de la Nación con vistas a las elecciones de octubre, una decisión que mantiene en vilo al sector "rebelde" de la Unión Cívica Radical (UCR) que no se siente parte de la alianza gobernante.
Ese grupo de radicales podría resolver un acuerdo con Lavagna "inmediatamente después" de los comicios en Córdoba, sostuvo Juan Manuel Casella en estos días, y en similares términos se expresó en diálogo con la agencia Noticias Argentinas el presidente de la Convención Nacional de la UCR, Jorge Sappia.
Se trata éste de un sector del radicalismo que entiende que el PRO a lo largo de más de tres años de Gobierno ha mantenido vetada la posibilidad de que la UCR participe en la toma de decisiones, al menos hasta los últimos días, cuando dirigentes de ese partido tomaron parte en reuniones tendientes a promover medidas contra la inflación y la crisis económica.
Integrantes de ese grupo incluso consideran que el ciclo de Macri como presidente está acabado y piden "liberad de acción" a la conducción de la UCR para que los afiliados en general puedan, en el caso de que así lo deseen, brindar su respaldo a otro candidato, por fuera de Cambiemos.
Así las cosas, el macrismo podría pagar ahora un costo significativo por aquella decisión de haber restringido a los radicales el acceso a la "mesa chica" de deliberaciones de la alianza gobernante, en momentos en los que volverá a necesitar del apoyo y de la estructura territorial que la UCR pueda concederle en las próximas elecciones nacionales.
Es más, en plena crisis económica como la que transita el país, Macri y sus lugartenientes en el Gobierno también precisan de la contención que le brinden los sectores radicales que sí acompañan, por ahora, el devenir de la gestión oficial.
En este sentido, en aquellas reuniones entre referentes de Cambiemos y gobernadores radicales de semanas atrás se discutieron asuntos vinculados con estrategias de campaña, pero además con la importancia de tomar medidas que permitan mitigar el impacto de la inflación en la calidad de vida de la gente.
Este miércoles pasado, todo aquello quedó plasmado en los anuncios que efectuó la Casa Rosada en pleno año electoral, en busca de llegar a octubre lo mejor pertrechado posible para afrontar unos comicios en los que la mismísima suerte de Cambiemos como alianza de Gobierno puede quedar echada.
Las medidas, lisa y llanamente, buscan especialmente llevar algo más de dinero a los bolsillos de los trabajadores golpeados por el persistente aumento del costo de vida en la Argentina, además de otorgar una bocanada de oxígeno a pequeñas y medianas empresas (pymes) en crisis.
Estas propuestas, que incluyen un pragmático congelamiento de precios y de tarifas de servicios públicos impensado en la gestión macrista hace apenas semanas, se espera que se combinen con una mejora salarial por paritarias en los próximos meses y así tratar de suavizar al menos el humor crispado de un número significativo de votantes camino a las elecciones.
(*) NA, especial para Mendoza Post