A pesar de que su informe mostró al menos dos pruebas de obstrucción y que hubo intención personal por parte de Trump, no hubo acusación formal
¿El fiscal no acusó a Trump porque es un presidente en funciones?
A pesar de que aseguran que el informe del fiscal Robert Mueller encontró pruebas para acusar a Donald Trump de obstrucción a la justicia, la acusación no se materializó. Al parecer, el fiscal no quiso acusar a un presidente en funciones.
El "informe Mueller" publicado ayer, señaló más de una vez cómo los fiscales tenían lo suficiente para cumplir con el requisito legal para formar un caso en contra el presidente Trump.
El fiscal especial mostró cómo Trump se pasó del límite legal cuando el encaró al exdirector del FBI James Comey para "dejar ir" al asesor de seguridad nacional Michael Flynn; cuando Trump despidió a Comey; cuando Trump ordenó a su antiguo abogado de la Casa Blanca, Don McGahn, suspender a Mueller, y cuando Trump tuiteó sobre los cargos contra su exjefe de campaña, Paul Manafort, mientras este iba a juicio.
En cada una de estas situaciones, Mueller encontró pruebas de que Trump tomó medidas para dañar una investigación, que tenía la capacidad de hacerlo y que tenía una motivación personal para hacerlo.
Una victoria a medias
La decisión del fiscal de no acusar a Trump les significa al presidente y sus aliados una gran victoria luego de la investigación de casi dos años. Sin embargo, la evidencia que Mueller reunió -y que el Congreso todavía puede investigar- sugiere que las conclusiones sobre las acciones del presidente aún podrían estar por llegar.
Salvando a Flynn
La primera vez que Mueller explica una circunstancia en la que Trump pudo haber obstruido la justicia, asegura que Trump instó a Comey a "dejar ir a Flynn" -expresado tres veces de manera diferente en una rápida sucesión-, señala Mueller.
"Y estaba claro que el presidente buscó poner fin a la investigación del FBI sobre Flynn", escribió Mueller. Eso marcó la casilla de la primera parte para la prueba legal de tres partes sobre la obstrucción.
En la segunda parte de la prueba legal, Mueller encontró evidencia de que Trump se dio cuenta de que Flynn podría enfrentar un proceso penal por mentir en el momento en que tuvo la conversación con Comey.
En cuanto a un interés personal en la investigación (la tercera parte de la prueba legal de Mueller), el fiscal especial no encontró evidencia de que Flynn poseyera información dañina para el presidente, lo que no deja claro el incentivo de Trump para detener la investigación en ese aspecto.
Sin embargo, Trump seguía teniendo un interés personal en la investigación: estaba motivado por la forma en que los hallazgos de la investigación de Rusia podían reflejarse sobre su victoria en el colegio electoral.
El despido de Comey
Mueller también encontró pruebas de que despedir a Comey en mayo de 2017, lo que motivó el nombramiento de Mueller como fiscal especial, tenía el potencial de dañar la investigación.
Trump en ese momento, como antes, sabía que podría haber una acusación contra Flynn, y fue motivado por la falta de voluntad de Comey de decir públicamente que Trump no estaba bajo investigación.
En su análisis legal, Mueller refuta completamente la afirmación de Trump de que había despedido a Comey por hacer un mal trabajo, específicamente respecto a cómo el director del FBI condujo el final de la investigación sobre el correo electrónico de Hillary Clinton. Eso no fue "apoyado por las pruebas", escribió Mueller.
Algunas de las pruebas "indican que el presidente quería protegerse de una investigación a su campaña", agregó Mueller.
También encontraron pruebas de que Trump quería deshacerse del mismo Mueller: "Al igual que con el despido de Comey por parte del presidente, el intento de destituir al fiscal especial se consideraría un acto de obstrucción si obstruyera naturalmente la investigación" y el trabajo del gran jurado, señala el informe.
Trump ordenó a su abogado McGahn que despidiera a Mueller, lo que claramente impediría el trabajo del fiscal especial, pero McGahn no lo hizo.
Al igual que Comey, McGahn era un testigo creíble, mientras que Trump no lo era, descubrió Mueller.
Según el informe, hay un llamado en el que Trump dice a McGahn: "Tienes que hacerlo. Tienes que llamar a Rod", y habló sobre "derribar a Mueller".
Finalmente, en cuanto a la intención de Trump, había "pruebas sustanciales" que Mueller dijo haber descubierto en relación a que el presidente quería despedirlo porque estaba siendo investigado por obstrucción.
A pesar de que el nuevo secretario de Justicia, William Barr, expresó que Mueller " encontró pruebas de ambos lados de la pregunta" y por ello no pudo decidir sobre "asuntos difíciles de ley y de hechos", el fiscal resumió sus opiniones en el informe sobre los "problemas difíciles" que el Departamento de Justicia tendría que resolver si él hubiera decidido procesar, aunque tenía bases para hacerlo.
Y fueron el secretario de Justicia Barr y el subecretario Rod Rosenstein quienes optaron por no acusar al presidente de un delito de obstrucción.
"Aunque el subsecretario y yo no estábamos de acuerdo con algunas de las teorías legales del fiscal especial, y sentíamos que algunos de los episodios examinados no constituían una obstrucción como cuestión de derecho, no nos basamos únicamente en eso al tomar nuestra decisión", dijo Barr en una conferencia de prensa ayer por la mañana.
De todos modos, que la evidencia no fuera concluyente no fue el punto crucial de la decisión de Mueller de no procesar, según su informe. Incluso de haberlo querido, el fiscal especial no podía procesar a un presidente en funciones.
"Reconocimos que una acusación penal federal contra un presidente en funciones impondría una carga sobre la capacidad del presidente para gobernar y potencialmente anticiparía los procesos constitucionales para abordar la mala conducta presidencial", argumentó Mueller.