Presión del gobierno nacional sobre la dirigencia radical para que integren la fórmula presidencial. La reunión "fantasma". La sensación de que "algo va a ocurrir" en las próximas semanas en el país.
Ni Macri, ni Cristina: Algo va a pasar
Los principales dirigentes de la UCR se remueven incómodos a lo largo y ancho del país. Sienten que la marcha de la economía ya ha sentenciado a este gobierno, y que Mauricio Macri tiene muy escasas chances de reelección. "En ningún lugar del mundo sucede que un presidente es electo con más del 70 % de imagen negativa" dicen los dirigentes consultados, pidiendo estricta reserva de su identidad, porque nadie quiere echar nafta al fuego.
Los hechos de las últimas horas, de modo sumario: Una nota en el matutito porteño Clarín fue el disparador. "El gobierno convoca a los radicales y negociará la vicepresidencia" decía el informe, que se multiplicó rápido en varios medios, incluso en los ultrakirchneristas que fogonean la inminencia de un "corralito". Para las seis de la tarde de ayer, medio país había publicado la "convocatoria" del gobierno a la UCR. Clarín citó incluso el acuerdo del gobernador Alfredo Cornejo, presidente además del Comité Nacional de la UCR, para asistir a la reunión.
Pero se trató de una "invitación fantasma".
Fuentes de la UCR y operadores de Cornejo desmintieron rápido la existencia de tal cita. "No hay convocatoria a ninguna reunión" dijeron. Y agregaron que si la hubiese "sólo será para que escuchen malas opiniones sobre la marcha de la economía". Más tarde, el diario La Nación le quitó peso a la idea de sumar a los radicales al binomio presidencial. Fue una tarde de operaciones cruzadas.
Alfredo Cornejo dijo la semana pasada ante los periodistas que había planteado al presidente Macri las dificultades, especialmente por la inflación. Sin embargo, y de acuerdo a los trascendidos, la conversación entre ambos fue mucho más áspera que eso. Cornejo le planteó al presidente la inviabilidad de un país en el que la empresa Arcor, una de las productoras de alimentos más importantes del mundo, pierde 1.000 millones de dólares, a la vez que el Banco Macro, del sector financiero, gana tres mil millones de la misma moneda. Ambas cifras son de los balances del año pasado. La conversación fue amarga. "Ya ni hace falta consultar las cifras del Indec para saber cómo estamos... basta con esto... el sector financiero crece y el productivo se hunde" dicen los socios de Cambiemos.
Quienes hablan con Cornejo saben que el gobernador no se quedó conforme ni tranquilo después de aquella conversación con el presidente. La angustia por los desaciertos económicos se siente también en el poder. Temen que un "tsunami" generado por las malas decisiones y resultados negativos en la economía, lime las chances de Cambia Mendoza para retener la gobernación. Las encuestas no dan por ahora ninguna señal en ese sentido, por el contrario, la gestión de Cornejo crece en imagen de acuerdo a la última encuesta de Reale Dalla Torre, conocida el fin de semana, a la vez que cae la de Mauricio Macri. Sin embargo, los analistas coinciden en que si el dólar se dispara y hay una corrida tal como la del año pasado, el gobierno nacional se hundirá sin remedio.
En la UCR no tienen planeado ir a la supuesta "convocatoria" promocionada ayer en Clarín. De hecho, Cornejo programó agenda local en dos de los departamentos que adelantan las elecciones: San Rafael, y San Martín. Hoy se confirmará si el economista Martín Lousteau, a quien "menearon" hace poco como candidato a presidente; forma parte de la recorrida por ambos departamentos junto al gobernador. Pero saben que el llamado de la Casa Rosada podría ocurrir hoy o mañana. Ayer, hubo dirigentes que creyeron advertir "una operación" para meter a la UCR en la fórmula y atarlos al destino de Macri, lo que consideraron "una torpeza".
Los gobernadores radicales, incluyendo Cornejo, piensan que hay que permanecer dentro de Cambiemos. Pero ya no están tan seguros de que el candidato deba ser Mauricio Macri. Creen que la dinámica que está tomando en estos días la economía, podría acelerar procesos respecto de las candidaturas. "Algo va a pasar en los próximos treinta o cuarenta días... esto no aguanta..." dicen, en referencia a la sucesión de malas noticias (más pobreza, más indigencia, peor empleo, más inflación, caída de la actividad) y de medidas que no dan resultado, como aumentar la tasa para que el dólar no se dispare, lo que igualmente ocurre. La medida que permitió a los bancos invertir todos sus depósitos en Leliq, un título de corto plazo por el que el BCRA paga tasas altas, generó nervios también. Pareció un recurso desesperado para sacar más pesos del mercado, y que no se vuelquen al dólar.
- ¿Qué podría pasar? - preguntamos a los radicales en estado de tensión.
- "Algo..." responden con aire de incógnita, y preocupación, en partes iguales.
Dólar a $ 51 y temor político
Desde el viernes, diversos sectores económicos hablan de una posible "disparada" del dólar. Carta Financiera, en un informe a sus clientes, diagnosticó un dólar a 51 pesos muy pronto, con corrida bancaria desde el peso a la divisa norteamericana. No hay confianza en el peso ni en la economía, y en ello irá atada la suerte de Macri.
Ninguno de los sectores del radicalismo quiere integrar la fórmula de Cambiemos. No con Macri, por lo menos. Aunque cabría analizar otras variantes, como una vicepresidencia con Horacio Rodríguez Larreta o María Eugenia Vidal. Varios columnistas políticos porteños especularon el fin de semana con una candidatura a presidente de la gobernadora de Buenos Aires o del jefe de gobierno porteño. Hasta se especuló con que Alfredo Cornejo podría ser el acompañante, como presidente de la UCR y gobernador exitoso. Esos cambios serían avalados por el "Círculo Rojo".
El problema es que "cambiar de caballo en medio del río" podría espantar votantes de Cambiemos hacia terceras opciones como Roberto Lavagna. Reemplazarlo a Macri en la fórmula presidencial sería reconocer que se gobernó mal, y entregarle el gobierno al peronismo en cualquiera de sus versiones.
"No hay posibilidad de que Macri o Cristina sean presidentes con el 70 % de imagen negativa. El próximo presidente será de Cambiemos, o de una tercera opción" dicen en una de las mesas chicas importantes de la UCR, mientras "cuentan porotos" para la Convención Nacional que sesionará en mayo. La Convención es el órgano partidario que debe decidir qué hacer respecto del gobierno nacional. Los radicales están divididos entre los que se quieren ir de Cambiemos, los que se quieren quedar con condiciones, y habría que agregar una categoría "horizontal" (hay que analizar a cuántos seduce) que es la de "nos quedamos, pero el candidato no puede ser Mauricio Macri". Esta última opción gana adeptos a la luz de la marcha de la economía.
Las luces rojas
Los índices y las medidas que toman el gobierno y el BCRA funcionan como luces rojas en el tablero del radicalismo. La semana pasada se conocieron noticias pésimas sobre pobreza, indigencia, actividad industrial, y costo de la canasta. La inflación del primer trimestre superará el 10 % y no cede. Además, hay una fuerte caída de la economía, y el año pasado se perdieron más de 260.000 empleos registrados. Las tasas del 62,5 % generan más recesión. Las usan para contener un dólar que igualmente sube arrastrando precios. Son las peores semanas del gobierno. En el medio, las petroleras aumentaron entre gallos y medianoche el precio de sus combustibles alrededor del 5 %. Shell había llegado al 9,5 % pero se arrepintieron y bajaron a cerca de la mitad. En abril suben además el gas, y otras tarifas. Y en mayo, las prepagas. Un informe preparado por los economistas de Cristina refleja un 2019 sin cambios y con tendencia a empeorar.
Además de los datos crudos, el gobierno nacional soporta una andanada de malas opiniones. Los principales economistas del país pronostican un futuro negro en lo inmediato. Mientras, medios kirchneristas agitan el fantasma del corralito. En la UCR, todas estas alertas suenan permanentemente y mantienen a los dirigentes en tensión. Creen que será muy difícil llegar a agosto, y luego a octubre, en estas condiciones. En las charlas "off the record" hay quienes recuerdan cuando Néstor Kirchner adelantó las elecciones legislativas de 2009, denunciando un "ataque especulativo" contra el país, en medio de las crisis de las hipotecas que había sacudido al mundo. La Argentina no ha vuelto a crecer de modo consistente después de aquello.
Por lo pronto, pese a una intensa operación que pareció montada desde la Casa Rosada este fin de semana, no hay tal "convocatoria" para que el presidente Macri pueda "abrir" la fórmula de Cambiemos a los radicales. Hoy, el principal aliado del PRO en la alianza gobernante está más preocupado porque el gobierno reaccione, ante una economía que se está comiendo vivos los bolsillos de los argentinos. Y sin buenas noticias ni chances de dar vuelta las malas expectativas. Prácticos al fin, los radicales saben que -con este escenario- es imposible que el gobierno gane las elecciones.
"Lo que vemos, de aquí a fin de año, es un gobierno de unidad nacional, donde estemos todos los que razonablemente tengamos propuestas respecto de qué hacer, para intentar salir adelante" pronostican los dirigentes. Un augurio que los aleja cada vez más del formato actual de Cambiemos, y mucho más aún, de integrar una fórmula presidencial con Mauricio Macri.