Aunque en un clima de menor violencia.
Los "chalecos amarillos" volvieron a protestar en Francia
Decenas de miles de franceses volvieron a marchar hoy en distintas ciudades del país en protesta por el modelo económico y social del gobierno de Emanuel Macron y, si bien hubo altercados aislados, no se registraron hechos de violencia graves debido a que los grupos más radicalizados del movimiento conocido como los "chales amarillos", no pudieron marchar por lugares sensibles, como los Campos Elíseos de París.
En el décimo noveno sábado consecutivo de protestas de este movimiento, participaron en los desfiles 40.500 personas, según el ministro del Interior, Christophe Castaner, lo que significa un aumento respecto a los 32.000 del sábado último.
Las cifras fueron muy superiores para los organizadores, de 127.212, pero en cualquier caso son varias veces inferiores a las que unos y otros daban en los momentos álgidos de la movilización, a finales de noviembre y comienzos de diciembre de 2018.
Para el gobierno de Francia, lo fundamental era que no se repitieran los desmanes del sábado anterior, cuando cientos de manifestantes salidos de las filas de los "chalecos amarillos" asaltaron decenas de comercios en la avenida de los Campos Elíseos, e inclusive desvalijaron e incendiaron algunos.
Desde el comienzo de la semana se planteó esta nueva estrategia con la destitución del prefecto de policía de París y su reemplazo por otro que tenía la consigna de que los agentes actuaran rápidamente desde que hubiera un conato de violencia, y estableciera perímetros en una quincena de ciudades donde estaban prohibidas las manifestaciones.
Además decidió -medida que generó una polémica política- amplificar el despliegue de militares de la misión antiterrorista Sentinelle para ocuparse de la vigilancia de edificios oficiales y desafectar de esas funciones a policías y gendarmes que pudieron consagrarse al mantenimiento del orden público.
De esa forma fueron 65.000 los movilizados en toda Francia que practicaron 233 detenciones, multaron a 107 personas por concentrarse en zonas con prohibiciones de manifestación, y -sólo en París- realizaron controles preventivos a otras 8.645, reprodujo la agencia EFE.
En París hubo 5.000 manifestantes, según el Ejecutivo, que desfilaron con calma entre la plaza de Denfert Rochereau y la colina de Montmartre, lejos de los Campos Elíseos donde se les había prohibido manifestarse.
Pero dos horas después de la dispersión, la situación pareció torcerse cuando una parte minoritaria de los participantes que se desplazaba hacia el centro de la ciudad empezó a causar altercados -con destrozos de mobiliario urbano y quema de contenedores- en el bulevar de Estrasburgo y luego en torno a la plaza de la República.
La rápida intervención de los antidisturbios con gases lacrimógenos y algunas cargas forzó su dispersión. Un agente sufrió allí -al margen de los enfrentamientos- un ataque cardíaco y tuvo que ser evacuado en estado muy grave.
Las tensiones no se limitaron a París, sino que hubo incidentes en otras ciudades como Lille, Lyon, Burdeos, pero sobre todo en Niza y en Montpellier.
En Niza, donde se practicaron 80 detenciones, por la mañana una mujer de más de 70 años resultó seriamente herida en una carga policial cuando las fuerzas del orden desalojaron a un grupo de "chalecos amarillos" que habían desafiado la prohibición de concentrarse en la plaza Garibaldi, en el centro.
Algo similar ocurrió en Montpellier (sur), donde según la prefectura se concentraron 4.500 manifestantes. Hubo disturbios desde primera hora de la tarde en la plaza de la Comedia y en sus alrededores. Los antidisturbios usaron gases lacrimógenos para provocar la dispersión.
En Burdeos (suroeste), la policía desalojó a grupos de "chalecos amarillos" que intentaban concentrarse en la plaza Pey Berland, que era uno de los espacios donde también se habían prohibido las manifestaciones.