Si Theresa May no logra un acuerdo con el Parlamento para abandonar la Unión Europea (UE), el Reino Unido se acerca a un camino que, por momentos, parece inevitable: la posibilidad de un segundo referendo.
Brexit: se complica la salida de Gran Bretaña y puede haber otro referendo
Theresa May siempre consideró una "traición" convocar a otra consulta para determinar la salida o no de la UE, después de que el "sí" obtuviera 51,9% contra 48,1% del "no", el 23 de junio de 2016.
La próxima semana la primera ministra británica tendrá otro "round" con los legisladores de la Cámara de los Comunes, a quienes públicamente culpó en la televisión por no haber apoyado en dos oportunidades su tratado de retirada de la UE.
Según algunos diarios británicos, si el Parlamento rechaza una nueva propuesta de May, la primera ministra conservadora tendrá que renunciar a su cargo.
La votación debería ser antes del 29 de marzo cuando vence el plazo para retirarse del Brexit, según el artículo 50 del Tratado de Lisboa.
Aun así, May tiene un tiempo para extender las negociaciones hasta el 22 de mayo, si el Parlamento apruebe el tratado de retirada.
May, además, logró otra prórroga más corta para el próximo 12 de abril, en el caso de que el acuerdo sea rechazado por los legisladores·
Por ahora, sin embargo, nada parece indicar que la conservadora May tenga éxito con sus propuestas. El presidente de la Cámara de los Comunes (speaker), John Bercow, ya le advirtió que no se podrá votar el mismo plan del Brexit.
"Lo más probable es que la UE extienda la fecha límite a abril. Creo que no vamos a salir sin acuerdo. No lo veo posible por el impacto económico que tendría (se desvalorizaría el pound (la libra esterlina) entre un 10 o 20%)", dijo a Télam Dan Ozarow, catedrático de la Universidad de Middlesex en el Reino Unido.
Para este analista, "May quizás no tenga más remedio que convocar a otro referendo. Porque solo el pueblo podrá decidir su futuro".
"¿Donde vamos?", se preguntó Ozarow, y se respondió: "Parece que va a haber una extensión de dos semanas; todo depende de que se apruebe el planteo de la primera ministra. Lo más probable es que la UE extienda la fecha límite a abril. Creo que no vamos a salir sin acuerdo".
May deberá negociar con sus socios del norirlandés Partido Democrático Unionista (DUP) -que sostienen al Gobierno desde que May perdió la mayoría absoluta- y la facción más euroescéptica del Partido Conservador para que apoyen sus propuestas
A esta discusión se ha sumado también el ex canciller Boris Johnson, enrolado en el grupo de los que apoyan el Brexit, quien advirtió que serán necesarios más cambios en el "backstop" irlandés.
Este comentario no puede ser más oportuno, pues los conservadores y los partidarios del DUP rechazan la salvaguarda incluida en el acuerdo para mantener abierta la frontera entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda.
La UE y Londres se comprometieron a que esta situación continué en el futuro. Pero muchos temen que afecte los acuerdos de paz del "Viernes Santo" de 1999, los cuales pacificaron la región y pusieron fin al accionar de la guerrilla del Ejército Republicano Irlandés (IRA).
Por lo visto hay muchas cosas en juego par la salida del Reino Unido. Lo cierto es que la fecha del 22 de mayo, acordada por May con la UE, se acerca peligrosamente al comienzo de las elecciones europeas.
"Ya que el Reino Unido no tiene intención de organizar (esos comicios), ninguna extensión será posible después de esa fecha", dice el documento acordado entre May y los veintisiete países europeos.
La historia dirá, quizá, que el ex primer ministro británico David Cameron (2010-2016) fue el hombre que dividió a Europa, puesto que fue el líder conservador quien convocó a un referendo para abandonar o no la UE.
"Los grandes problemas hay que afrontarlos y no eludirlos", dijo Cameron, en medio de una ola ultranacionalista que arrasaba Europa con rechazo a los inmigrantes ante el crecimiento del desempleo.
Sin embargo, la idea de un segundo referendo gana terreno, especialmente entre los jóvenes, ante la posibilidad de que el Reino Unido quede aislado de las transformaciones de la Vieja Europa.