Cerca de 300 personas viven en situación de calle en el Gran Mendoza. Una problemática compleja que va más allá de problemas habitacionales y de pobreza.
La vida a la sombra de la ciudad
Si tenemos en cuenta que el Gran Mendoza contaba con 940 mil personas -censo 2010-, la cantidad de personas que viven en situación de calle representa sólo 0,03%. Quizás, ese número ínfimo ha sido el error de la sociedad para minimizar la problemática y no reconocer las personas detrás de él.
Los entrevistados por el POST afirmaron que no existe una sola causa para que una persona termine en la calle pero reconocen que lo principal tiene que ver con la ruptura de lazos.
"No es una problemática habitacional, no es el techo. Vemos que surge cuando la persona va cortando sus lazos de pertenencia con su núcleo familiar, con su familia extendida y con el resto de la sociedad", destacó Francisco, voluntario de la Fundación Puente Vincular.
"La problemática es compleja porque se da una multicausalidad de situaciones. Muchas veces la pobreza material es causa y terminás en la calle, o es consecuencia a raíz de estar en la calle. El puntapié puede ser un problema familiar, de salud mental o de adicciones. Es un heterogéneo el universo", agregó.
Puente Vincular nació hace once años y es una de las cerca de quince organizaciones que dan una mano intentando generar lazos afectivos. Se acercan a las personas con una vianda porque "es importante para romper ese primer hielo. Salimos por algunos lugares de Ciudad y de Guaymallén los domingos a la noche", relató.
Otra de las organizaciones es la Pastoral de la Calle, la cual agrupa a todas las que tienen un perfil religioso-católico para el abordaje de la problemática.
Uno de los encargados, Cristian García, afirmó: "La comida es la urgencia, está y no se puede negar. Pero entendemos la importancia de llegar a la persona. Casi todos tiene un lugar en el centro y damos de comer a la noche, en distintos días".
"Si hay gente en la calle también hay algo que la sociedad no está haciendo bien. Hay una realidad y una responsabilidad de todos", reflexionó Cristian, y alertó: "Uno se pregunta por qué se pelean entre ellos si están todo en la misma realidad. Pero no: porque quizás provienen de clases sociales distintas".
El número de personas en situación de calle puede sonar "chico". También hay prejuicios de que ellos "eligen" estar ahí, que no aceptan ayuda o que no quieren ir a trabajar.
"No hay libertad, en absoluto. Hay un montón de abanicos que te pusieron en una situación de vida", expuso Cristian. "Uno es más o menos libre en función de las alternativas que uno tiene. La situación de calle te fue cortando alternativas hasta que prácticamente no te queda ninguna", agregó Francisco.
Las organizaciones también trabajan en otros cuidados como trámites de DNI y otros documentos, acompañan al médico y profesionales, realizan capacitaciones y organizan actividades recreativas.
"Quizás pareciera que todo tiene que ser súper profundo y pensado. Compartir un partidito de fútbol, ajedrez o cartas también ayuda a que la persona se dé cuenta que hay escenarios alternativos a la situación en dónde está. Es el primer clic, sentir que no estás condenado", afirmó Francisco.
Los refugios
El Gran Mendoza cuenta con cuatro albergues: uno en Guaymallén, "El Camino", lo maneja la Dirección de Contingencias Sociales, dependiente de Desarrollo Social; y tres (uno en Las Heras y dos en Ciudad) que funcionan en convenio con la organización Remar.
Los lugares son de tránsito y tienen cupos para cerca de 180 personas diarias, según el Gobierno de Mendoza. Datos oficiales de junio de 2018 dicen que en el Gran Mendoza había entre 250 y 300 personas en situación de calle, por lo que se estima que el número ha aumentado en los últimos nueve meses.
"Ha crecido. Hace dos años le dábamos de comer a cincuenta personas. Ahora estamos llevando más de 150 por día. También va gente que son de barrios urbano-marginal porque no tienen para comer", determinó Cristian.