Actualmente el embalse Potrerillos está al 99% de su capacidad.
El dique Potrerillos por dentro
Encabezados por el Superintendente de Irrigación, Sergio Marinelli, ingenieros del organismo y de Cemppsa, la empresa que maneja el embalse, se hizo un recorrido y control del funcionamiento del dique Potrerillos.
El pasado jueves, el Superintendente General de Irrigación, Sergio Marinelli, el Subdelegado de Aguas de río Mendoza, Ricardo Nordestrom, el Jefe de Gestión Hídrica del río Mendoza, Héctor Garde, y las autoridades de Cemppsa, empresa que maneja la presa y embalse Potrerillos, hicieron una visita y recorrida por el lugar para controlar el funcionamiento.
La principal función del embalse Potrerillos es regular el agua del río Mendoza. Es decir que durante el verano la tarea de Irrigación es almacenar agua allí, ya que a partir de los deshielos, por el río transcurre la suficiente para cubrir las demandas y también guardar. En la primavera se presenta la situación inversa: el agua del río Mendoza es insuficiente para cubrir las demandas, especialmente de riego. Entonces, se debe completar el volumen del agua con la que se almacena en el embalse, el verano anterior.
Esta forma de manejo del embalse implica que en años como este, un "año seco" según lo pronosticado por el propio organismo del agua, el sector agrícola realice un importante sacrificio, previamente acordado, para poder tener agua para la próxima primavera.
"Actualmente el embalse Potrerillos está al 99% de su capacidad, es decir, casi lleno. Pero esto no es por azar, sino que se cumplió con lo planificado en octubre, cuando en una reunión con Inspectores de toda la cuenca se pactó hasta dónde se bajaría el nivel del embalse para, en esta época, poder volver a llenarlo", aseguró Marinelli tras la recorrida.
En octubre, y con los datos del pronóstico 2018-2019, se les presentó a los Inspectores de la cuenca del río Mendoza (que son quienes utilizan el 80% del agua que transcurre durante un año), distintas alternativas de cómo se podría repartir el agua mes a mes. Y se llegó a un consenso, denominado "Plan de embalse", que es la forma de distribución que se aplica al año siguiente.
En ese Plan, una de las premisas es que no se puede gastar más agua de la que va a transitar por el río. Este principio aplicado al embalse, significa que Irrigación puede bajar la altura del agua hasta un punto tal que se pueda volver a llenar.