El ex titular de la Unidad AMIA revela que expertos de servicios de inteligencia extranjeros estuvieron en el país en 2016 y dijeron que la causa debía redireccionarse. Habló de la pista siria.
Cimadevilla rompió el silencio sobre la AMIA: "La pista iraní es débil"
Mario Cimadevilla sigue molesto, luego de que lo desvincularan de la Unidad Especial AMIA del Ministerio de Justicia, en el marco de un enfrentamiento feroz con el ministro Germán Garavano.
Impulsado por ese sentimiento, escribió un mamotreto de medio centenar de páginas, donde volvió a cuestionar la pista iraní en torno al atentado a la mutual judía.
Allí mismo revela que en 2016 vinieron expertos de servicios de inteligencia extranjeros y cuestionaron esa línea de investigación, lo mismo que la participación de Hezbollah, la existencia del suicida en el atentado contra la AMIA y la utilización de un coche bomba.
La reunión de expertos en Buenos Aires concluyó que la investigación se debía re-direccionar. En diálogo con el diario La Jornada, de Chubut, donde vive Cimadevilla, el ex funcionario dijo: "La pista iraní es débil. Importa más que se mantenga la sospecha sobre Irán que la verdad".
En realidad, Cimadevilla tiene otras sospechas: en épocas del atentado contra la AMIA había una trama de tráfico de armas y negocios ilícitos que pudo haber estado detrás del ataque. Esa hipótesis, en verdad, lo lleva tácitamente más a personas de origen sirio que iraní.
El ejemplo clásico es el traficante sirio Monzer Al Kassar, que operaba en tiempos del gobierno de Carlos Menem. Sin embargo, tampoco es que Cimadevilla aporta elementos sólidos que respalden lo que dice, por lo que suma un eslabón más en el desastre de la causa AMIA, tal como denuncian los familiares de las víctimas.
Cimadevilla estuvo dos años y dos meses al frente de la investigación del atentado, por lo cual comandó la recolección de información judicial, policial y de inteligencia. En el documento enviado a Mauricio Macri saca conclusiones elocuentes:
"La investigación del atentado quedó amarrada a previas determinaciones de hipótesis de verdad". En otros términos, Cimadevilla -que también dialogó con diario Página/12- sostiene que se armó la acusación por intereses geopolíticos. Eso está desarrollado luego en una especie de gráfico en el que exhibe los condicionamientos de la investigación y señala a los servicios de inteligencia argentinos, "la subordinación a los extranjeros y la subordinación a la geopolítica".
"A la fecha del atentado, Hezbollah registraba pocas operaciones externas a su zona de conflicto". O sea que cuestiona, junto a expertos de otros servicios, la pista Hezbollah.
En diálogo con el diario de Trelew, Cimadevilla puntualizó: "Yo entiendo que la pista iraní es débil, pero hay que investigarla. Pero así y todo, tanto Estados Unidos como Israel prefieren que persista el manto de dudas sobre los iraníes. Prefieren eso en lugar de que se avance a fondo para conocer si realmente tuvieron algo que ver. Y el gobierno nacional, en esto, se coloca bajo la mirada que tiene Estados Unidos". La frase es dramática y pinta con precisión lo que pasó con la causa AMIA y también en el expediente sobre la muerte de Nisman: se pretende tener a los iraníes como sospechosos, no saber la verdad. Esto le dijo el ministro de Relaciones Exteriores de Israel, Avigdor Liberman, al fallecido canciller Héctor Timerman: "Está bien así, ¿para qué saber más?".