Se calcula que la nueva caravana está compuesta de unas 15 mil personas.
Una nueva caravana migrante partió hacia Estados Unidos
Los gobiernos de los países del llamado Triángulo Norte, integrado por El Salvador, Honduras y Guatemala, discutieron hoy un Plan de Desarrollo Integral de Centroamérica y México para frenar la migración, en momentos en que una nueva caravana salida desde la hondureña San Pedro Sula busca llegar a Estados Unidos o quedarse en suelo mexicano.
México, en tanto, anunció la puesta en marcha de un plan para "garantizar una migración ordenada y segura" y enfrentar este nuevo éxodo, ante el temor de que ocurra de nuevo un "portazo", es decir, una entrada abrupta del contingente de inmigrantes por la entrada fronteriza de Ciudad Hidalgo, que colinda con Tecún Umán, Guatemala, y que es delimitada por el río Suchiate.
El viceministro de Derechos Humanos, Migración y Población del ministerio de Gobernación mexicano, Alejandro Encinas, señaló que la estrategia del nuevo presidente Andrés López Obrador es ante todo cumplir con las leyes migratorias del país.
El funcionario expuso que todos los miembros de la caravana, "al igual que cualquier ciudadano" deberán "cumplir con las disposiciones de la ley". Por lo tanto, confió en que haya "orden, seguridad y regulación" durante el desplazamiento de este contingente, que se agrega a las cuatro caravanas que partieron desde el 12 de octubre de San Pedro Sula, una de las ciudades más peligrosas del mundo, huyendo del hambre y la violencia.
El primer grupo entró una semana después a México y al final se contabilizaron al menos 10.000 personas que lograron llegar hasta la ciudad fronteriza norteña de Tijuana, luego de recorrer unos 4.000 kilómetros, reportó la agencia ANSA.
Actualmente permanecen entre 2.500 y 3.000 migrantes porque una parte fueron deportados, otra retornaron voluntariamente, y otros grupos más aceptaron las ofertas de asilo del gobierno mexicano o se animaron a ingresar clandestinamente a Estados Unidos.
Una parte de los migrantes saltó la cerca fronteriza de seis metros de altura y fue de inmediato detenida por guardias estadounidenses. Esta modalidad implica una vuelta casi segura a su país, porque implica entrar ilegalmente a EEUU. Algunos informes no oficiales publicados en México sugirieron que la nueva caravana podría llegar a reunir a unas 15.000 personas, aunque esta vez una parte desea quedarse en México.