Hace unos días se cumplió un año de la muerte de la beba luego de tocar un poste en Santa Rosa. ¿Alguien purgará pena por ello alguna vez?
Leonela Rosales, un año de inexplicable impunidad
El domingo 26 de noviembre de 2017 hacía calor. Mucho calor. Fue la excusa ideal para que Yésica Oropeza decidiera dirigirse con su hija a la plaza de 12 de Octubre, Santa Rosa, a efectos de apaciguar sus efectos.
Faltaba media hora para las 22 y el cielo estaba despejado. Fue entonces cuando el reloj se detuvo para siempre. Justo después de que su pequeña, Leonela Rosales, sufriera una fatal descarga eléctrica, solo por tocar una columna de alumbrado público.
Lo que ocurrió después fue inevitable: la beba falleció. Y lo que parecía ser un expediente de sencilla resolución, no lo fue tanto.
Tal es así que, a un año del hecho no hay avances en torno al caso. Lo que sí prevalece es el silencio, y es excesivo.
Ese hecho circunstancial y ese lugar coyuntural, una plaza pública, un poste de luz en mal estado, hizo que la política quedara inevitablemente involucrada, y parece haber sido eso lo que suscitó que el caso se enturbiara tanto.
En los últimos 12 meses hubo conferencias de prensa, desmentidas y hasta testigos "truchos". Una mujer aseguró ver a la nena caer y morir tras el golpe.
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No fue la única: "Murió porque se golpeó la cabeza", dijo la propia intendenta Norma Trigo a poco del trágico suceso. Luego se demostraría con una autopsia que era falsa aquella descripción. Leonela murió electrocutada. Pero nadie volvió a hablar oficialmente para enmendar esas erráticas declaraciones.
Oportunamente este medio documentó las advertencias por el mal estado de esa y otras plazas. Sí, la muerte de la pequeña Leonela podría haberse evitado con los controles y mantenimiento correspondientes.
En esos mismos días fue creada una Comisión Investigadora para intentar esclarecer las responsabilidades políticas detrás de la muerte de la niña y hasta se llegó a plantear la eventual destitución de la intendenta de Santa Rosa.
Cuando todo estaba a punto caramelo para que que aquello sucediera, los denunciantes -los ediles opositores Antonio Ponce y Marcial Ibarra- curiosamente decidieron echarse atrás y el Concejo Deliberante le puso punto final a la Comisión ad hoc, argumentando que las decisiones de ese cuerpo quedarían supeditadas a lo que decidiera la Justicia respecto de la muerte de Leonela.
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Pero no solo la oposición abandonó la pelea por el esclarecimiento del caso. La familia y sus abogados permanecen en total silencio.
Y el último movimiento de relevancia en el expediente fue el peritaje de diciembre de 2017 que demostró que Leonela murió electrocutada; luego, nada de nada.
Los rumores más fuertes hablan de acuerdos "bajo mesa", de reuniones secretas y negociaciones que trascienden la lógica de la política.
Como sea, cuatro funcionarios de la Municipalidad de Santa Rosa persisten en estar imputados por la muerte de Leonela, más precisamente por homicidio culposo e incumplimiento de los deberes de funcionario público, y esperan que el fiscal Héctor Rosas pida la elevación a juicio oral en los próximos meses.
Se trata de Juan Ojeda Miranda, delegado de 12 de Octubre; Hugo Arrieta Sosa, encargado del área de electricidad de Servicios Públicos de Santa Rosa; Gastón Ginart Módiga, Jefe de Servicios Públicos; y Marcelo Gómez, Director de Servicios Públicos.
Entretanto, Norma Trigo descansa totalmente tranquila: a ella, a pesar de todo lo dicho, no se le atribuyó ninguna responsabilidad.