Este martes se cumplió dos años de la masacre del barrio Trapiche. El triple femicidio fue uno de los crímenes más impactantes de los últimos tiempos en Mendoza. El presente del asesino.
Dos años del día en que un barrio de Godoy Cruz fue una sucursal del infierno
El 23 de octubre de 2016 fue domingo. En las redacciones amanecía una jornada típica: el pronóstico del día, la agenda deportiva, algún declaracionismo, lo habitual.
Sin embargo, cerca de las 7:30 llegó un dato escueto, al principio, que volcó a los editores de cabeza tras la información. A cada minuto que pasaba, lo que inició como un parte policial se transformó en el guión de una película de terror, pero la realidad siempre supera a la ficción.
La calle Entre Ríos, una calle angosta y tranquila del tradicional barrio Trapiche de Godoy Cruz se convirtió en el escenario de uno de los crimenes más impactantes de la crónica roja mendocina: Daniel Salazar, un profesor de Taekwondo, había asesinado a su ex pareja, a la tía y a la abuela de ella, con un arma blanca. Además apuñaló a un niño de once años y a una beba de cinco meses, hijos de la mujer con quien había mantenido una relación.
Salazar mató con un cuchillo tipo Tramontina, un cuchillo doméstico que se encuentra fácil en el cajón de la cocina de cualquier hogar. El móvil del crimen fue el reclamo por paternidad que le hacía Lorena Arias, de 30 años, por la beba de cinco meses.
El karateka atacó a la mujer con el cuchillo, le asestó varias puñaladas y la mató en el acto. Luego fue por la tía de su ex novia, Susana, a quién mató en el pasillo de la casa. La abuela del hogar, Silda de 90 años, casi no tuvo tiempo de comprender que sucedía: le cortó el cuello mientras la mujer descansaba en su cama.
En la casa quedaban aún testigos de la masacre de Salazar: los hijos de Lorena. El karateca apuñaló reiteradas veces a uno de los chicos, de 11 años, quién quedó muy mal herido. El otro se escondió en el baúl del auto que estaba en el garage, con el perro. La brutalidad desatada de Salazar puso en el camino como víctima a la bebé, quien podía ser su hija. A la nena le hizo un corte profundo en el cuello y profirió diversas heridas en el cuerpo.
El chiquito que se escondió en el auto salvó a sus hermanos. Tomó coraje, salió del baúl y pidió ayuda. Los efectivos encontraron en la casa una escena que no olvidarán. Tres mujeres muertas en un charco de sangre y dos niños agonizando.
Salazar fue al hospital Central para que le curaran una herida en la mano, antes descartó el cuchillo cerca de su casa en calle Infanta Mercedes de Ciudad. En el nosocomio dijo que lo habían asaltado. Horas después fue detenido.
En cuanto a los hermanitos, estuvieron varios días internados en el Hospital Notti en grave estado, pero se salvaron y actualmente están bajo la tutela de la abuela materna.
Casi un año después, en septiembre de 2017, Daniel Salazar fue condenado a prisión perpetua. Por pedido de la defensa, fue trasladado al sur del país, argumentando que en Mendoza nadie lo iba a visitar, ya que él era de Santa Cruz.
Actualmente, el ex profesor de Taekwondo cumple condena a prisión perpetua en el penal de Río Gallegos. La vida en el barrio Trapiche siguió su curso, pero la sombra del horror, que cumple su pena a 2740 kilómetros de Mendoza, seguirá presente en la ausencia de las tres vecinas, que ya no se ven en las calles.
Ver: Las mató a todas, y no era el padre de la beba