El deportista de Marista años salió primero en Rugby 7 masculino en los Juegos Olímpicos de la Juventud. "Se me vino a la cabeza mi familia", aseguró.
Julián Hernández, el Pumita mendocino de oro: "Todavía no caemos"
Los Pumitas fueron una de las grandes sensaciones de los Juegos Olímpicos de la Juventud. El combinado argentino de Rugby 7 logró el oro tras completar un torneo sin fisuras con seis victorias aplastantes.
El plantel albiceleste tuvo la presencia de dos mendocinos: Juan Martín González y Julián Hernández. Éste último dialogó con el POST sobre las vivencias en Buenos Aires 2018.
A menos de 24 horas de regresar a Mendoza, el deportista de Marista Rugby Club aseguró que "vivimos sensaciones muy lindas. Cuando ganamos se me vino a la cabeza mi familia, mis amigos, el club porque gracias a ellos y a su apoyo pude conseguir todo lo que logré".
Respecto al día a día durante la estadía en Capital Federal, el joven de 17 años narró que "la experiencia en la Villa Olímpica fue algo increíble, compartir tantas cosas con deportistas de otros países fue algo muy lindo".
Hernández aportó un try en toda la competencia. El mismo fue contra Samoa en el primer encuentro.
Sobre la medalla de oro conseguida con Los Pumitas luego de clasificar a la final con un partido de anticipación y superar en el juego decisivo a Francia, Hernández detalló que "después de ganar el oro disfrutamos vivencias muy lindas porque es gratificante que la gente te reconozca por lo que lograste y que te lleguen tantos mensajes de felicitaciones. Estoy muy contento por todo eso".
A la hora de explicar la clave del éxito tras un torneo brillante, el Pumita dorado habló de "un proceso muy largo de tres años en donde se formó un gran equipo con un plan de juego muy exitoso". Y luego agregó: "A eso sumale la confianza que teníamos por ser un grupo muy unido".
¿Y cómo fue ese proceso de trabajo que culminó con el primer puesto en los JJ.OO. de la Juventud? "Arrancó en el 2015 con distintas concentraciones con chicos del interior, después nos juntaron en un campus con los chicos de Buenos Aires y allí entrenábamos. Después empezamos a concentrar cada dos o tres meses y este año comenzaron dos concentraciones por mes", confió Hernández.
Ahora el atleta solo piensa en volver. "Tengo muchas ganas de llegar a Mendoza, estar con mi familia, mis amigos para poder relajarme y disfrutar un poco más todo lo que logramos. Quiero regresar a entrenar en Marista, seguir metiéndole y poder ser seleccionado para un quince o un seven ya que el año que viene está el Mundial M-20 en Japón", confiesa, no sin antes expresar que "todavía no lo podemos creer, es muy fuerte todo y en estos días creo que vamos a empezar a caer".