Finalmente, el escándalo por la compraventa de materias en la Universidad Nacional de Cuyo fue “frizada” por parte de esa casa de estudios. No solo se decidió no investigar más, sino que además sigue en funcionamiento el sistema informático que permitió el desaguisado en cuestión.
La UNCuyo congeló la investigación por la compraventa de materias
Es paradójico, pero tan real como tangible: las autoridades de la Universidad Nacional de Cuyo parecen más preocupadas por la incómoda trascendencia pública que por la resolución concluyente de la denuncia por venta de materias que envuelve a esa casa de estudios.
Los detalles de ese escándalo fueron publicados por el Post a través de una serie de artículos de investigación.
Allí, documentos mediante, quedó al descubierto que al menos media docena de alumnos lograron aprobar puntuales materias de la facultad de Ciencias Políticas y Sociales de manera irregular.
¿Qué hizo la UNCuyo ante la denuncia, que hoy reposa en el juzgado de Olga Pura de Arrabal? Decidió separar a los denunciantes y congelar la investigación interna dentro esa casa de estudios.
En un principio, cuando la situación explotó y trascendió a los medios de prensa, desde la UNCuyo se prometió que se cambiaría el sistema informático —para que no volviera a ocurrir lo mismo—. Al mismo tiempo, se aseguró que se investigaría la situación de todos los graduados.
Sin embargo, a poco de iniciado el escándalo el hilo se cortó por lo más delgado: como se dijo, los denunciantes fueron “reubicados” y jamás de analizó la situación de los ya recibidos en los últimos años. ¿Qué es lo que se temía que se descubriera? ¿Hasta dónde llegan los alcances de esta cuestión?
Jamás se sabrá, no al menos por voluntad de las autoridades de la UNCuyo. Por caso, Silvia Vera y Andrés Sosa, dos de los que descubrieron la maniobra, fueron desplazados de sus cargos.
Ambos estaban dispuestos a llegar hasta las últimas consecuencias y así lo habían manifestado a Claudia García, entonces secretaria Administrativa de esa universidad y hoy todopoderosa decana. En el caso de Vera, al momento de ser eyectada, se encontraba hurgando el legajo de Martina Funes, del área de Prensa de la UNCuyo. ¿Acaso fue ese el motivo de su desplazamiento?
Lo cierto es que todas las fuentes consultadas para esta investigación —13 en total, algunas en “off” y otras en “on the récord”— coincidieron en afirmar que no existe voluntad real por parte de esa casa de estudios en llegar a la verdad.
Pocos saben que, mientras estas líneas se escriben, aún sigue activo el polémico sistema informático que permitió la comercialización de materias. Ello a pesar de que se prometió que todo sería migrado a otra plataforma, la cual ya existe por cierto.
“En un principio hicieron el traspaso de una plataforma a la otra, pero después abandonaron. Tampoco se siguió investigando lo de las materias, se paró todo”, admitió una de las fuentes de la propia UNCuyo.
En sentido similar, según pudo saber este diario, en el departamento de Alumnos —justamente donde se cargan las materias en las computadoras— los que manejan todo son un egresado y un alumno, ningún profesional o técnico. Esto denota el desinterés de la universidad en reforzar la debilidad del sistema.
En ese marco, hay un dato aún más sintomático: Adolfo, el egresado que trabaja en Alumnos, es amigo personal de Oscar Rubén Charra, uno de los acusados de comprar materias, hoy empleado de OSEP. ¿Cómo puede confiarse un sistema tan sensible a alguien con esas cualidades?
Una vez más: a esta altura, está claro que no hay interés por parte de la UNCuyo de llegar a develar la verdad.
Quien crea lo contrario, solo debe otear el expediente que investiga este tópico: allí, algunos de los que declaran coinciden en asegurar que, tanto la decana como la secretaria académica, sabían todo lo que ocurría y no hicieron nada para esclarecerlo. No al menos hasta las últimas consecuencias.
Si las autoridades de la universidad tuvieran certeras intenciones de echar luz a este tema, ¿no habrían aceptado el debate público ofrecido por este cronista hace unas semanas?
Como sea, en este insólito estado de situación se encuentra el escándalo de la compra-venta de materias, con un agregado inesperado. El rector Daniel Pizzi ha pedido la renuncia en las últimas horas a todo su gabinete, tanto de primera como de segunda línea.
Ciertamente, los desaguisados se suman y ello ha provocado la furia del mandamás de la UNCuyo. Encabeza su malhumor la cuestión de los terrenos de la UNCuyo en disputa con Daniel Vila, aunque no deja de preocuparle la cuestión de las materias en venta.
Hay una inquietud puntual por parte de Pizzi. Tiene que ver la muerte de un joven llamado David Vázquez, que hacía cobranzas "en negro" para la dirección de Deportes.
El hecho ocurrió hace dos semanas, cuando el hombre fue embestido mientras conducía su motocicleta.
La situación desnudó una situación espinosa: la existencia de un centenar de contratos irregulares manejados por Gabriel Fidel y Miguel González Gaviola a través de la Fundación de la UNCuyo.
Colofón
Para preocupación de Pizzi, aún no ha estallado el costado más escandaloso de este desaguisado, pero está pronto a ocurrir.
Cuando ello suceda, quedará al descubierto que la compraventa de materias existe desde hace más de dos décadas e involucra a conocidos referentes de la política.
Allí no se salva ningún partido político, todos aparecen involucrados. Ello explica el silencio de todos, incluso de algún que otro candidato a gobernar la provincia de Mendoza en los próximos meses.