Limpian y cuidan vehículos todos los días y aseguran que así pueden alimentar a sus familias. El nuevo Código de Faltas los sanciona con multas y detención.
Los trapitos mendocinos que quieren trabajar
Trapitos de la Costanera, del lado de Guaymallén, le piden al gobernador Alfredo Cornejo que no promulgue el nuevo Código de Faltas aprobado por la Legislatura, o al menos los artículos en los que se sanciona su trabajo y que empezará a regir en diciembre próximo en su totalidad.
Lo cierto es que la norma que busca mejorar la "conviviencia" prohíbe la limpieza de autos en la vía pública. Como consecuencia multa con $2.850 o trabajos comunitarios a todos los infractores y en caso de que no cumplan éstos podrán recibir días de detención en "módulos".
Por eso, los cuidacoches le piden al Ejecutivo o en este caso también a la Municipalidad de ese departamento que los ayuden a no perder sus trabajos cómo pasó en Capital, donde la comuna capacitó a más 300 personas que ahora forman parte del Sistema de Estacionamiento Medido. Ello ocurrió luego de una saga de incidentes entre trapitos y automovilistas, con golpizas incluidas, y en denuncias de comerciantes respecto de "aprietes", y "venta" ilegal de "seguridad", y de estupefacientes. El trabajo de cuidacoches y trapitos se había transformado en un problema urbano.
Ezequiel es uno de los "trapitos" de la Costanera. Se encuentra todos los días lavando y cuidando autos en ese acceso entre Pascual Toso y Godoy Cruz, y sostiene que quiere que le respeten "el lugar" con el que asegura que saca "unos $400 pesos" y lleva el plato de comida a la casa.
"Con esto solo no me alcanza, vivo en la casa de mi suegra, pero siempre estoy portándome bien y queriendo salir adelante", afirmó el trapito.
"Somos muchos los que trabajamos de esto"
Y agregó: "El día que vayan a sacar los trapos, quedamos de acuerdo para que no lo hagan, porque con esto yo trabajo y con esto como. El día que venga la Policía no creo que nos saquen porque somos muchos los que trabajamos de esto. Encima tengo a mi señora y a mis hijos".
A su vez, los trabajadores de la Costanera insisten, a pesar de la nueva norma, que quieren tener la misma posibilidad de trabajo formal que tuvieron sus pares en Ciudad: "Sería mucho mejor eso a que nos saquen, también queremos las tarjetas y las remeras. Acá somos ocho familias del departamento que nos dedicamos a esto para poder tener algo de qué vivir".
Además, el limpia autos señaló su compromiso con la seguridad de los vehículos que cuida: "Tratando de evitar los problemas, ni una gente de afuera que venga a romper nada porque quedo mal yo. Les digo que no nos saquen, en muchos lugares del departamento ya tienen su cuadra, como lo tienen en Capital que tienen sus remeras y sus tarjetas".
Con respecto a la mala fama que tienen muchos por atacar coches, el joven respondió: "Hay mucha gente a la que no la dejan, pero ellos saben que es porque dañan los autos y se chorean. En esta zona donde estoy yo no pasa nada y nadie toca nada".
Por último, el cuidador resaltó la importancia que ha significado estar ocupado para su compañero Ceferino, vino de "Godoy Cruz, del barrio La Gloria y pudo escapar de la mala onda que hay ahí. Para salir de andar a los tiros y estar sentado sin hacer nada, con esto se gana unos pesos y puede comprarse sus cosas".