La empresa Agrovants realiza pulverizaciones con drones a los distintos cultivos en la provincia.
Mendoza, pionera en aplicar Agricultura 4.0
Una sofisticada tecnología aplicada al agro se expande cada vez más en los cultivos de distintas zonas de Mendoza, algo que permite proteger la producción de todo tipo de cultivos, desde vinos Premium, ajos de exportación, tomates industriales, producción de semillas y de frutales y hortalizas para la mesa de mendocinos y argentinos.
Se trata de la llamada Agricultura 4.0 que une la información de campo, con la de Big Data, el Internet de las Cosas, la información de imágenes de drones y satélites, que permite la intercomunicación entre los actores de la producción agrícola, todo unido en una plataforma en la nube, que entrega información actualizada.
La startup mendocina, Agrovants, es pionera en la región de Cuyo que utiliza este sistema, realizando pulverizaciones con drones y ya cuenta con más de 400 clientes, la mayoría provenientes del Este y del Valle de Uco.
"Hoy somos líderes en el conocimiento e implementación del uso de drones en viñedos, y referentes a nivel latinoamericano, relacionándonos con empresas de Colombia, Ecuador, República Dominicana, Perú, Chile, Brasil y Estados Unidos", señaló Oscar Irusta que, junto a Marcela Quiroga Ramos y Norberto Ramón, fundaron la empresa en 2016.
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En relación al trabajo de campo, en la actualidad realizan más hectáreas para herbicidas en ajo que para el control de Lobesia en la vid. "La alta demanda en ajo se da, porque la efectividad del dron en los herbicidas es más alta que con las aplicaciones tradicionales. Entre nuestros clientes se encuentran desde productores pequeños y medianos de chacra, micro-pymes vitivinícolas, hasta los más grandes exportadores de ajo de la provincia, bodegas internacionales, grandes cooperativas de productores vitivinícolas, y grandes empresas de producción de alimentos nacionales", explicó Irusta.
El especialista destacó que entre las ventajas de este sistema se pueden enumerar desde una menor contaminación, ahorro de agua y de agroquímicos y de tiempo.
Los inicios
El proyecto comenzó como un emprendimiento desde cero, con esfuerzo y respaldo de todo tipo.
"Hicimos una inversión inicial con fondos familiares poniendo todo lo que teníamos. Los comienzos fueron durísimos, ya que no se conocía esta tecnología y era totalmente opuesto a las aplicaciones agrícolas tradicionales. Tuvimos que trabajar arduamente para convencer a los productores locales y generarles confianza en la modernización que se venía", recordó Oscar Irusta.
En ese sentido analizó que en el año 2018 ya eran la primera empresa de Cuyo que realizaba aplicaciones de pulverización (llamada comúnmente fumigación) con drones y respaldada por información de datos obtenidos de satélites y de otros drones con cámaras multi espectrales.
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También contó que hoy la empresa se encuentra en una situación relativamente crítica: "Porque es muy difícil conseguir los insumos necesarios para operar y la actualización de equipos tiene costos altísimos, ya que estos son todos productos importados, y si no conseguimos financiación oficial o un precio cambiario accesible va a ser muy difícil poder atender la demanda de servicios para el 2022. La pandemia, las fronteras cerradas, las trabas a las importaciones afectan nuestra actividad".
Pese al difícil momento, reconoce el esfuerzo que hicieron para posicionarse y aprender nuevas técnicas. "No había nada escrito de cómo hacer este trabajo. Comúnmente uno googlea para aprender de alguien más, pero en este caso nadie había hecho esto antes. Siempre digo que la historia de la pulverización con drones agrícolas no está escrita, la estamos escribiendo nosotros", sintetizó Irusta.