No es sólo un juego de palabras, se trata del Gran Danzón, primer wine bar de Buenos Aires, con una carta de vinos como pocos ¿Qué lo hace tan especial?
El Gran Bar que uno no puede dejar de conocer en Buenos Aires
El Gran Bar Danzón es uno de esos esos secretos a voces que muchos conocen, pero que otros tantos que viven o que viajan a Buenos Aires alguna vez deberían visitar ¿Por qué? Sin lugar a dudas está en la lista de los más atractivos, interesantes y exclusivos sin ser prohibitivos.
El Danzón tiene décadas en el corazón de la city porteña y ha sabido adaptarse a los tiempos. Tal vez su diferencial es que el vino ha sabido ser y sigue siendo protagonista con una de las cartas más completas del país y con la posibilidad de beber por copa grandes ejemplares.
Es que se puede pedir desde una copa de malbec de una bodega boutique, hasta la añada más exclusiva de una botella que cotiza en seis dígitos.
En primera persona
Pero comencemos el tour por el principio: una vereda cualquiera de la céntrica calle Libertad, muy cerca de Santa Fé y a pasos de la 9 de julio.
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Quien llega hasta ahí es porque lo conoce o tiene el dato. Es que todo este gran bar y restó se extiende por un primer piso discreto -visto desde afuera-, al que únicamente se accede por una puerta que da a una enigmática escalera angosta, que conducen a este distinguido reducto porteño.
Se abre una puerta y lo primero que nos sorprende es su enorme y tentadora barra de 12 metros, iluminada y que invita a un primer trago antes de pasar a las mesas.
También hay fechas especiales como fue la semana en la que se homenajeaba al malbec con un menú especial que acompañaban los vinos de la emblemática bodega mendocina Norton, de sus fincas de La Colonia, Agrelo y Lunlunta.
Algunos de los platos elegidos para hacer lucir a esos malbec, fueron pernil de cerdo con puré de membrillos, risotto cremoso de hongos y zapallo anco con osobuco especiado y arañita al grill marinada en hierbas y reducción de ciruelas.
Exquisitos platos elegidos a la perfección con estos tintos, uno de los cientos que están en su mega carta, una carta que al recorrerla con la vista uno puede "flipar", como lanzó un español que conversaba en otra de las mesas con luz tenue y música en su punto justo para disfrutar y dar pie a la charla.
Seguramente por lo que habrá flasheado este español es por la calidad de las botellas, algunas muy difíciles de conseguir, y como tales tesoros así figuraban sus valores en ese momento. Algunas que me sorprendieron fueron las de Catena Zapata Estiba Reservada, con cosechas codiciadas como desde la 1991 hasta 2008, muchas por encima del medio millón de pesos.
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No es un tema menor si tenemos en cuenta que el Danzón nació como el primer verdadero wine bar de Buenos Aires hace más de 25 años y hoy los buenos vinos siguen ocupando un espacio preponderantes en su menú, aunque los tragos han ganado su buena fama. Y una caipirinha que hizo rememorar a las mejores tomadas en Brasil, corroboraron esa teoría.
Un 10 para un clásico de Buenos Aires que se sigue destacando a pesar de las miles de ofertas que nos pueden abrumar en la noche porteña.
Un poco de historia
Desde 1998 el Danzón marcó una innovación en la escena gastronómica porteña: fue el primer wine bar de Argentina capaz de ofrecer una gran variedad de vinos por copa y revolucionó la coctelería de alto vuelo.
Su intención desde la apertura fue difundir el vino argentino, por eso tiene más de 350 referencias, entre ellas etiquetas de colección y añadas históricas, como las que mencioné más arriba. Pasar las páginas de la carta de vinos de Danzón es una experiencia en sí misma.
La gastronomía está a cargo del chef Aldo Benegas hace más de 15 años y ofrece cocina contemporánea elaborada, con mucha atención en la calidad de los productos. Se pueden encontrar desde appetizers para comer en la barra (el tartín en pan de campo y los spring rolls son emblema del lugar), hasta platos sofisticados como el patro brulée, el cordero en dos cocciones o un risotto de estación, entre otros.
Luis Morandi y Patricia Scheuer han sido los mentores de este espacio de culto desde el primer día y se los ve diariamente presentes en el lugar. A lo largo de estas décadas grandes referentes del mundo de la gastronomía y los vinos dieron sus primeros pasos allí: Inés de los Santos, Tato Giovannoni, Aldo Graziani, Andrés Rosberg, Ludovico De Biaggi y la lista sigue abierta...