El empresario y ex presidente de Boca, lanzó su vino Cupra y se trata de un emprendimiento famliar.
Daniel Angelici: "Busco una finca para hacer mi bodeguita en Valle de Uco"
Parecería que Daniel Angelici (58) hoy se siente más cerca del mundo del vino de lo que pasa en el universo Boca, pero está al tanto de todo y no descarta nada en su futuro cercano. Hoy está ligado a Mendoza no sólo por sus negocios de casino y hotelería 5 estrellas, sino también por lanzar su vino y haber agotado toda la producción en semanas.
Llegó a la provincia como lo hace habitualmente, para encargarse de temas de administración de sus negocios, como lo es el complejo Arena Maipú. Esta vuelta pactó algunas entrevistas con medios para contar acerca de su más novel proyecto ligado a la vitivinicultura -en Buenos Aires lo lanzó en un evento durante su cumpleaños-, un rubro que no le es ajeno, al menos desde el lugar de un consumidor exigente y de un hombre de negocios que tiene claro que no va a lanzar un producto destinado al fracaso.
Su currículum en materia de vinos es vasto. Tiene una cava para 4.000 botellas en su quinta porteña y una lista de preferidos alta gama, en la cual el número uno lo ocupa el "Bramare" de Viña Cobos, uno de los vinos argentinos más prestigiosos en el exterior, cuyo valor ronda los $8.000 para un malbec 2019.
En esta charla descontracturada, Angelici habla de la moda de famosos que lanzaron sus vinos, de amigos de la farándula como Marcelo Tinelli, de sus negocios en Mendoza, su visión como empresario del Gobierno Nacional y de la política. Pero principalmente de este momento de su vida, que lo encuentra con ganas de seguir construyendo un proyecto familiar que le permita recuperar el tiempo -por sus 12 años al frente de Boca- junto a sus tres hijos.
Aunque cuenta que aún no tiene definida la compra de la bodega, sabe que se llamará Cupra, familia Angelici -como el vino- y que estará en Valle de Uco, muy posible en la zona de Gualtallary, lugar que ha recorrido junto a enólogos e ingenieros agrónomos en busca de la tierra soñada.
Por ahora lo concreto es el presente con Cupra, algo que define como un puente entre Italia y Argentina, un enlace de recuerdos e historias que derivan en este homenaje a Remo Angelici -padre de Daniel- nacido en Cupra Marittima, pueblo italiano ubicado a las orillas del mar Adriático.
La vida de Remo fue como la de muchas familias italianas que trajeron al país sus tradiciones, sus amores, su cultura, sus pasiones y las adaptaron a una realidad y a una geografía que hasta ese momento desconocían.
Elaborado con uvas provenientes de viñedos ubicados en el Valle de Uco, Cupra evoca por su elegancia a los vinos europeos; y por su intensidad, a esta nueva tierra. "Un vino pensado para una larga guarda pero con una juventud vibrante", describe su presentación y no es para menos, para un tinto de corte valuado en 60 dólares la botella.
Se trata de un blend de Malbec 65%, Cabernet Franc 20% y Merlot 15%, pensado por Daniel y materializado por la reconocida enóloga mendocina Estela Perinetti, quien ha estado al frente de varios proyectos enológicos importantes y lleva el suyo denominado "Las Estelas".
Del Cupra el año pasado hicieron 11.000 botellas y ahora serán 20.000, de las cuales Angelici ya empezó a prevender, dado el viento a favor de un negocio que en principios pensó como un hobby que al menos no lo hiciera perder dinero.
Aquí la charla tal cual se dio, con un Angelici relajado, anclada en el mundo de los vinos, pero en la que no escapa a responder sobre otros negocios, la política y el Gobierno Nacional.
El Angelici Bon vivant
-Esto empezó como un hobby y se convirtió en un negocio...
-La idea fue hacer algo junto con mis hijos, que que dos son mayores de 18 y la más chica tiene 15. De los 12 años que estuve en Boca la verdad que pasé poco en casa. Entonces quería hacer algo con ellos y hablando les propuse un vino. Me preguntaron por qué y les expliqué que cada vez que vamos a Italia a los pueblos de mis padres ahí reina el mundo del vino y creo que el vino une a la familia, a los amigos. Como cada vez que vamos a un asado y llevamos una botella de vino.
-¿En Argentina desde cuando tomás vinos?
-Te diría que desde hace muchos años, unos 30. Me gusta mucho, tengo una cava muy grande en Buenos Aires, en el sótano del quincho en la quinta, con una capacidad para 4.000 botellas. Me gusta mucho el vino y vengo mucho a Mendoza.
-Además acá tenés negocios que atender
-Sí, pero me quedó este sólo (El hotel y casino en el complejo Arena Maipú). Porque los casinos que teníamos en Tupugato y Uspallata los cerraron cuando terminó la concesión y el gobierno decidió no renovar.
-¿Y cuáles vinos son los preferidos de tu cava?
-Hoy el que más me gusta es el Cobos -Bramare-, malbec. También he tomado mucho el "Nosotros" de Susana Balbo o el Pinot Noir "Chacra" de la Patagonia. Hay muchos y van cambiando. Cuando salió el Achaval Ferrer -otro de los famosos en el exterior- me gustaba, después regalé muchas botellas -2.000- porque voy renovado la cava con lo que más tomo y con gente amiga cuando degustamos. Hoy tomo Cobos cuando somos pocos y si tengo un asado para 40 elijo un Catena (Zapata). El Gran Enemigo -de Alejandro Vigil- también es un rico vino que tengo. Pero el mejor vino es el que a vos te gusta...
-¿Los vinos de famosos que te parecen?
-El de (Marcelo) Tinelli, "Fede" (producido en Catena Zapata), es un rico vino, pero es difícil que Marcelo te los regale. Podés creer que me dio dos botellas - se ríe- cuando yo le di una caja de Cupra.
- ¿Y el del Flaco Schavi que tal?
-Sí el "Último Hombre", me lo dio para probar y le dije: es rústico como vos para jugar (se ríe). La verdad es que para el precio que lo vende está bien. Yo traté de hacer un vino de alta gama y sino no lo hubiera envasado.
Un vino de 60 dólares la botella
Sí y lo vendí todo, la verdad. Ahora puse a $7.500 -la botella- y la vendimos en la presentación. Todos lo ofrecí a un circuito de amigos, como a la cadena de restaurantes y hoteles de Víctor Blanco -presidente de Racing-; el Restaurante Roldán de Daniel Vila y Grupo América o al -Hotel- Faena, entre otros.
¿Y Porqué el éxito habiendo tantos vinos?
Parte y parte. Creo que muchos lo compraron porque la etiqueta lleva mi apellido y por compromiso conmigo por años que me conocen.
¿Y Cuánto crees que tiene un vino de marketing?
Creo que la materia prima es fundamental. Donde se compran las uvas, quién las elige y un buen enólogo. En el marketing ayuda la etiqueta, quien lo vende, en este caso yo por ser conocido, pero cuando lo tomaron vieron que era bueno. Porque sino te lo compran una vez y nada más. Yo ya estoy prevendiendo el 2021 y todavía no lo envasé. Porque como me quedé sin 2020 y me gusta vender, hago así y les digo que lo entrego en octubre.
Vendés algo que todavía no está, parece el negocio de los autos 0km, más demanda que oferta por falta de stock.
Sí, Estela - Perinetti, la enóloga - se ríe y me dice que esto no ha pasado nunca. Y yo tuve suerte, no necesité poner distribuidor ni nadie que me lo comercialice. Porque me bajaba la rentabilidad y por ahora en esta cantidad las vendo yo.
Hablaste de la enóloga, la mendocina Estela Perinetti ¿Cómo llegaste a ella?
Un abogado amigo que la conocía y estaba en el proyecto Las Estelas, me la presentó, la googleé, me dieron buenas referencias y arranqué con ella. Le dije "pruebo con vos, si me gusta el vino sigo y sino cambio, esto lo hago sin compromiso".
¿Y cómo fue el proceso?
Hicimos cata a ciegas, con siete copas -que para mí era un montón- y de los tres que me gustaron uno era el Cupra.
Y el Valle de Uco es el lugar que más te gusta ¿ahí vas a tener la bodega?
En principios quiero seguir aprendiendo, pero yo me conozco cuando me entusiasmo y voy a terminar comprando una finca y armando una bodega chica. Hoy estamos alquilando espacios para produciré
Sería en Valle de Uco lo que buscás
Sí para mi Valle de Uco es la marca de Mendoza en el Mundo. Cuando viajo, que sigo tomando vino italiano o francés, igual sigo mirando los vinos argentinos que hay. Y antes me daba bronca porque encontraba más vino chileno que argentino. Ahora están en casi todos lados.
Y cada vez que voy a ver una finca me hago acompañar por alguien, como ingenieros agrónomos. Estoy buscando finca, sin apuro y alguna oportunidad. Que tenga agua y buen riego. Voy, miró o me mandan propuestas a veces. Como no estoy apurado puedo esperar. Y quiero comprar unas 10 o 20 hectáreas, suficiente para hacer el vino, un gran galpón, la bodeguita adentro y tener una casita con vista a la montaña.
Su relación con la Política y los Gobiernos
¿Y además del vino venís mucho a Mendoza por el negocio del hotel?
Y vengo por lo menos una vez al mes, por la administración del Hotel. Estramos recuperándonos de la pandemia, de los préstamos que pedimos, tenemos mucho personal.
Como empresario ¿cómo se vive este contexto político nacional?
Yo siempre fui radical y esta provincia fue radical. Pero gracias a Dios y para que no digan nada esto -el complejo Arena- lo abrimos en la época de (Francisco) Paco Pérez. Acá hicimos una inversión de 80 millones de dólares en ese momento, que hoy no la haría, porque no la recuperamos más. Entonces quedaba la última licencia para un hotel con casino y lo hicimos, vinimos y compramos las tierras.
¿Y con los gobiernos de Mendoza cómo te has llevado?
Me llevo bien con Alfredo -Cornejo- y Rodi -Suárez- lo conozco hace mucho, pero no hablamos del negocio. De hecho, nos presentamos a la licitación para el casino en San Martín, perdimos y no dije nada; ahora nos presentamos en el Casino Cental y quedamos segundos, ya que se terminaba la concesión.
¿Y a nivel nacional como lo ves?
Nadie va a invertir un peso ahora, todos están esperando a ver si hay cambio de Gobierno y si mejoran y si alguien se anima a hacer la Reforma Tributaria, Fiscal y Laboral que hay que hacer en el país para poder invertir. Hoy a la gente no le alcanza la plata para vivir, para el empresario el costo laboral es altísimo y la cantidad de impuestos que hay no existen en el mundo.
¿Y a futuro como te ves?
En lo personal, estoy cerca de los 60, vivo el día a día, estoy en una etapa de reflexión y de disfrutar. Fui de los afortunados a los que les fue bien en este país y por eso no reniego; pero no veo grandes inversiones hoy hasta que no haya un cambio.