Elon Musk, pilar en la campaña presidencial en Estados Unidos de Donald Trump, participó del discurso de asunción del mandatario norteamericano. Al finalizar su mensaje, el dueño de la red social X (Twitter), realizó un polémico gesto que no pasó para nada desaparcibido.
El responsable de la empresa Tesla, una automotriz y robótica de vanguardia, primero se golpeó el pecho con enjundia y luego estiró su brazo, en un saludo que muchos relacionaron inmediatamente con la venia nazi en torno a Adolf Hitler.
La situación se dio mientras agradecía a los partidarios de Donald Trump haber devuelto al presidente a la Casa Blanca.
El magnate de la tecnología de vanguardia estará al frente del Departamento de Eficencia Gubernamental durante el mandato de Trump, creada, al mejor estilo de la motosierra de Javier Milei, para reducir los gastos públicos.
Al finalizar su presentación en el estadio Capital One ante 20 mil seguidores de Trump, Musk realizó el mencionado gesto que despertó muchísima polémica a lo largo de todo el mundo.
Cabe aclarar y recordar que, por su fuerte vinculación con el nazismo y los crímenes del Holocausto, el saludo está prohibido en países como Alemania y Austria, donde su uso puede ser castigado con multas o incluso con penas de cárcel. Sin embargo, en algunas regiones del mundo, grupos extremistas y neonazis continúan utilizándolo como símbolo de su ideología.
Elon Musk was excited and spread his hand to the crowd. Every leftist is going to try and characterize this as a Nazi salute.
Las fuertes presiones de Italia y Francia impidieron alcanzar la mayoría calificada en Bruselas. Ursula von der Leyen confirmó la postergación, mientras crecen las protestas de agricultores europeos contra el tratado.
Desde 2026, millones de chicos en Alemania recibirán aportes mensuales del Estado para su jubilación. El plan busca fomentar el ahorro y aliviar la presión sobre las pensiones futuras.