Además, cada jornada laboral será de 4 horas y media. La medida será en principio por seis semanas y se debe a la crisis energética provocada por la sequía.
Por decreto de Maduro, los estatales trabajarán 3 días a la semana: las causas
En un intento por mitigar la crisis energética provocada por la sequía que afecta a los embalses generadores de electricidad, el régimen de Nicolás Maduro anunció un ajuste temporal en la jornada laboral del sector público.
A partir del próximo lunes, durante seis semanas, los trabajadores estatales cumplirán una jornada de trabajo de solo 4 horas y media los lunes, miércoles y viernes, sumando únicamente 13,5 horas semanales, una drástica reducción respecto a las 40 horas habituales establecidas por la legislación.
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Medida excepcional en medio de una infraestructura deteriorada
La decisión se toma en un contexto en el que el sistema eléctrico del país, afectado por fallas estructurales desde hace años, enfrenta un agravamiento debido a la disminución del caudal en los principales embalses hidroeléctricos y termoeléctricos.
A pesar de las inversiones anunciadas en el pasado, las obras de mantenimiento y modernización no se han materializado, lo que ha llevado a que la generación eléctrica opere al 80% por debajo de su capacidad, según advierte la organización no gubernamental Provea. La transmisión de energía, por su parte, está operando al límite, obligando a las autoridades a recurrir nuevamente a planes de racionamiento para evitar apagones generalizados.
En el ámbito educativo, que ya sufre una grave debilidad por la escasez de docentes -con un 70% de maestros abandonando el sistema público debido a salarios que rondan los 40 dólares mensuales-, se continuará con clases intermitentes, realizándose solo tres días a la semana.
Impacto económico y sanciones internacionales: un panorama complicado
Economistas advierten que la drástica reducción de horas laborales podría agravar la recesión que ya aqueja a la economía venezolana. La medida, lejos de ser solo una respuesta interna a la crisis energética, se enmarca en un contexto de presión externa, tras la reciente decisión del gobierno de Estados Unidos de imponer un arancel del 25% a cualquier país que comercie petróleo o sus derivados con Venezuela. Dado que la exportación de crudo representa una fuente esencial de ingresos para el gobierno, esta sanción complica aún más un escenario marcado por baja producción energética, alta inflación, caída del consumo y un éxodo migratorio persistente.
El gobierno de Maduro ha dispuesto que la reducción de la jornada laboral se aplique de forma inmediata, con un horario que va de 8:00 a 12:30 horas, y ha dejado abierta la posibilidad de extender la medida más allá de las seis semanas previstas si la crisis hídrica persiste.
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