El presidente electo se reúne esta semana con el ministro de Asuntos Estratégicos de Israel, Ron Dermer, para diseñar una estrategia para que Irán deje de financiar a Hamas y Hezbollah.
Trump estrecha relación con Israel contra Irán y busca rescatar a los rehenes
Donald Trump, presidente electo de Estados Unidos, y el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, lograron una sólida sintonía geopolítica para afrontar lo que ambos consideran la principal amenaza para la estabilidad en la región: Irán. En las últimas horas, Trump y Netanyahu han conversado por teléfono tres veces, logrando sentar las bases para una hoja de ruta que busca frenar la influencia iraní y fortalecer la seguridad de Israel.
El resultado de estas conversaciones se concreta en la misión diplomática urgente del ministro de Asuntos Estratégicos de Israel, Ron Dermer, quien partió hacia Washington. En una agenda de alto perfil, Dermer se reunirá con Jake Sullivan, consejero de Seguridad Nacional de Joe Biden, y el secretario de Estado, Antony Blinken, en un último intento de la administración demócrata por establecer un cese del fuego en el Líbano. Sin embargo, la falta de expectativas en ambos gobiernos ante este encuentro subraya que el verdadero poder de decisión ya se ha trasladado a Mar-a-Lago, donde Trump planifica los primeros pasos de su futura presidencia.
El objetivo principal de esta agenda bilateral entre Trump y Netanyahu es frenar las operaciones de Irán en Medio Oriente, a quien ambos líderes consideran responsable de financiar y armar a grupos como Hezbollah, Hamas y la Jihad Islámica. Netanyahu fue enfático al expresar la urgencia de esta misión: "Fueron conversaciones muy buenas e importantes. Estamos de acuerdo en lo que respecta a la amenaza iraní en todos sus componentes y el peligro que representa".
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Irán, que ha intensificado su programa nuclear y su apoyo a proxies en la región, es visto por ambos líderes como el factor desestabilizador que socava la seguridad israelí. Con la venta de petróleo como fuente clave de financiamiento, el régimen de los ayatollahs refuerza su influencia militar y estratégica en una región que desde hace décadas es un polvorín de conflictos. Ante esta situación, Trump y Netanyahu consideran esencial revitalizar las políticas de máxima presión sobre Teherán, utilizando sanciones económicas y restricciones diplomáticas.
Dermer, quien fue embajador de Israel en Washington durante el gobierno de Trump y uno de los arquitectos de los "Acuerdos de Abraham" en 2020, es una figura de confianza para el primer ministro israelí. Su experiencia y cercanía con la administración republicana lo convierten en el negociador ideal para coordinar esta estrategia con Trump.
La agenda de Trump y Dermer no se limita a la contención de Irán. Ambos están interesados en lograr un cese del fuego en Gaza y el Líbano, con la intención de reducir la inestabilidad antes de la asunción oficial del nuevo gobierno estadounidense.
Por su parte, Trump sabe que asumir la presidencia con conflictos abiertos en Medio Oriente podría complicar su agenda inicial y dificultar su objetivo de liberar a los 101 rehenes israelíes secuestrados por Hamas.
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