El presidente del vecino país había decretado la medida ante las violentas protestas y la huelga de transportistas contra el aumento del precio del combustible.
Castillo dio marcha atrás al toque de queda en Perú
El presidente de Perú, Pedro Castillo, levantó hoy en el Congreso el toque de queda que había impuesto en Lima y la vecina El Callao para casi todo el día, en una reunión con autoridades parlamentarias y jefes de bancadas que sucedió a una jornada de enorme tensión por las múltiples reacciones de oposición a la medida, informó la prensa local.
"Debo informar que a partir del momento vamos a dejar sin efecto esta inamovilidad (toque de queda), corresponde llamar a la tranquilidad del pueblo peruano", dijo Castillo en el recinto de sesiones del parlamento, cuando llevaba cerca de dos horas y media de conversación con los legisladores y varios de sus ministros, según la radio local RPP.
El encuentro, que a las 18 (las 20 en la Argentina) no había terminado, aunque el mandatario se retiró luego de hacer ese anuncio -los congresistas continuaban escuchando a los ministros-, se inició poco después de las 15 (las 17 en la Argentina), según la agencia de noticias Andina.
Sucedió a una larga jornada de tensión iniciada anoche, cerca de la medianoche, cuando Castillo informó por televisión que había decretado el estado de emergencia (sitio) y el toque de queda desde las 2 hasta las 24 de hoy en Lima y El Callao para "restablecer la paz y el orden interno" y "resguardar la seguridad ciudadana".
El jefe del gabinete, Aníbal Torres, explicó en el Congreso que la medida fue adoptada debido a informes de inteligencia que alertaron sobre el riesgo de "convulsión social".
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"Se tenía información de fuente reservada de que hoy se iban a producir actos vandálicos, esa es la razón por la que hemos tomado esta medida", había dicho más temprano el ministro de Defensa, contralmirante retirado José Gavidia.
La decisión fue ampliamente cuestionada desde la madrugada por dirigentes políticos y analistas, e incluso por la Defensoría del Pueblo y el alcalde metropolitano de Lima, Jorge Muñoz, que buscaron derogarla mediante recursos de hábeas corpus interpuestos ante la Justicia.
Por la mañana, Castillo había analizado la situación con su gabinete y, por su lado, las autoridades del parlamento hicieron lo propio con los jefes de todas las bancadas.
El estado de sitio y el toque de queda fueron dispuestos en momentos en que seguían creciendo los disturbios en varias regiones del país, en el contexto de un paro parcial de transportistas de pasajeros y de cargas por el reciente aumento de los precios de combustibles, que había causado al menos un muerto y daños en algunas regiones.
El mandatario regresó al Congreso una semana después de salir airoso de la segunda moción de vacancia (destitución) que se le formó en ocho meses de gobierno, en los que no logró encauzar una relación armoniosa con el Poder Legislativo.
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Esa tensión parecía haberse agudizado hoy, cuando la Junta de Portavoces (jefes de bloques) advirtió en un comunicado emitido tras la reunión con las autoridades del Congreso que exigía al Ejecutivo "derogar este decreto supremo y no recurrir a medidas que restringen derechos fundamentales, como salida para solucionar esta crisis", según el diario limeño La República.
Más temprano, la presidenta del Congreso, María del Carmen Alva -del partido opositor de centro Acción Popular- había dicho que los legisladores querían ver qué podían hacer para "ayudar al Poder Ejecutivo a que pueda manejar esta crisis lo mejor posible", pero también había manifestado su rechazo a la inmovilidad al advertir que el parlamento no podía dejar de trabajar.
Luego, Alva atribuyó en Twitter el levantamiento de la medida excepcional al "reclamo plasmado en el comunidado de la Junta de Portavoces" y agregó que "el pueblo lo hizo".