La mujer habría entrado clandestinamente a Turquía pasando por Afrin, localidad del nordeste de Siria controlada por soldados turcos y sirios.
Una mujer siria fue detenida por el atentado de Estambul
La Policía de Turquía informó que arrestó a una mujer de nacionalidad siria acusada por el atentado perpetrado este domingo en Estambul con un resultado de seis muertes y más de 80 heridos, que se sospecha fue entrenada por grupos kurdos y recibió en la ciudad siria de Kobane la orden de colocar la bomba.
Así lo anunció la Dirección de Seguridad de Estambul en un comunicado que precisa que la mujer, Ahlam Albashir confesó que "fue entrenada como agente especial de inteligencia por la organización terrorista PKK/PYD/YPG".
El texto alude al Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), ilegalizado en Turquía hasta en lo que atañe a su brazo político, el Partido de la Unión Democrática (PYD), y las milicias kurdosirias Unidades de Protección Popular (YPG). La mujer habría entrado clandestinamente a Turquía pasando por Afrin, localidad del nordeste de Siria controlada por soldados turcos y sirios.
La policía asegura que había recibido órdenes en la ciudad de Kobane, también en el nordeste de Siria y bajo control de movimientos kurdos, aliados del PKK, peros esta organización desmintió cualquier vínculo con el ataque.
"Nuestra gente y el público democrático saben muy bien que no estamos relacionados con este incidente, que no atacaremos directamente a civiles y que no aceptamos acciones dirigidas a civiles", dijo el grupo en un comunicado publicado por la agencia de noticias Firat, cercana al PKK.
Según el ministro turco del Interior, Suleyman Soylu, fueron detenidos 46 sospechosos, algunos de ellos en el mismo lugar que la mujer. "Los terroristas fueron atrapados con una operación exitosa. Si no se les hubiese capturado iban a huir hoy a Grecia", dijo el ministro en el lugar del siniestro, informó la agencia de noticias AFP.
El artefacto explosivo estaba compuesto por "TNT de fuerte potencia", precisó la policía, que afirma haber encontrado en el apartamento, situado en Kucukcekmece, en las afueras de Estambul, una importante suma de dinero en euros y piezas de oro en una bolsa, así como una pistola y cartuchos. El atentado, cometido a media tarde del domingo en la arteria comercial de Istiklal, no fue reivindicado.
Entre los fallecidos, todos turcos, figuran una niña de 9 años que murió con su padre, y una adolescente de 15, que pereció con su madre. El presidente Recep Tayyip Erdogan y su vicepresidente Fuat Oktay mencionaron a "una mujer" como la responsable del atentado.
En la prensa turca tuvo profusa difusión la imagen de una cámara de vigilancia en la avenida Istiklal en la que se ve a una joven con pantalón de camuflaje y un velo negro que corre entre la multitud, y que fue designada como la que colocó la bomba. El ataque trajo réplicas diplomáticas de inmediato, cuando Turquía rechazó las condolencias de Estados Unidos.
"No aceptamos el mensaje de condolencias de la embajada de Estados Unidos. Lo rechazamos. Nuestra alianza con un Estado que apoya a Kobane y a sus focos de terror (...) debe ser discutida", dijo Soylu, a la televisión.
Turquía acusa a menudo a Estados Unidos de proveer armas a los combatientes kurdos del PKK y las YPG, que Ankara considera como grupos "terroristas". Este lunes, dos niñas depositaron claveles rojos frente al comercio en el centro de Estambul donde estalló la bomba que dejó además más de 80 heridos.
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En medio de las muestras de dolor crecía también el temor de una nueva ola de atentados en Turquía, a siete meses de las elecciones presidenciales y legislativas de junio de 2023. Durante la noche el lugar fue lavado y ya no quedan las manchas de sangre que dejó el ataque que se produjo a las 16.20 del domingo (10.20 de Argentina).
Esta arteria comercial y peatonal volvió a abrir esta mañana lista para recibir a la multitud de turcos y de turistas que transitan habitualmente hasta altas horas de la noche. Un detalle llama la atención, las decenas de bancos instalados a lo largo de la calle fueron retirados, indicio de que las autoridades temen que se produzca una nueva ola de ataques.
Entre 2016 y 2017, una serie de atentados reivindicados por el grupo islamista radical Estado Islámico (EI) y por combatientes kurdos azotaron a Estambul, la principal ciudad de Turquía.
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