Tras el aberrante crimen, el hombre confesó que creía que los niños tenían ADN de serpiente y debía matarlos.
Asesinó a sus dos hijos y los tiró en la ruta "para salvar el mundo"
Un hombre de 40 años fue detenido luego de asesinar a sus dos pequeños hijos a sangre fría y dejarlos tirados en medio de la ruta. El estadounidense Matthew Taylor Coleman cruzó la frontera hacia México, allí mató a sus dos hijos y abandonó sus cuerpos en un rancho entre Tijuana y Ensenada.
En principio se supo que habría discutido con su esposa, aunque luego confesó que creía en teorías de la conspiración y que tenía visiones de que sus dos hijos tenían ADN de serpiente, lo cual ponía en peligro a la humanidad, y que por este motivo cometió el crimen.
El hecho ocurrió el pasado 9 de agosto por la madrugada. Los oficiales recibieron un llamado de un trabajador que encontró los cuerpos de los menores con claras señales de golpes y cortes profundos.
Taylor asesinó a sangre fría su hijo de 10 meses y luego a su hija de 2. Los investigadores forenses en el lugar pudieron constatar rasguños y golpes en todo el cuerpo de ambos menores y hasta 17 cortes en sus tórax.
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El hombre que halló los cuerpos confesó a un medio local que sintió mucha tristeza y pena por el brutal desenlace de los niños. Y luego declaró: "Un perro que tengo fue el que me llevó a donde estaban los dos cuerpecitos sin vida. Yo no vi qué sexo serían, me retiré, no quise ver más y ahí fue donde llamé al 911".
Las cámaras de seguridad del Hotel City Express, situado sobre la carretera libre Tijuana-Ensenada, en el municipio de Rosarito, llevaron a encontrar a Mattew, quien fue detenido por agentes fronterizos en el puerto de entrada de San Ysidro, de acuerdo con las autoridades de Baja California.
El hombre no tuvo reparos en confesar: en su declaración al FBI, confirmó que llevó a sus hijos a México para matarlos. Les clavó un arpón varias veces en el pecho, porque creía que los niños tenían ADN de serpiente y debía matarlos para "salvar el mundo de monstruos", afirma la acusación.
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"M. Coleman explicó que él había sido ilustrado por teorías de la conspiración de QAnon y los Iluminati y que estaba recibiendo visiones y señales que le revelaban que su esposa, A.C., poseía un ADN de serpiente y se lo pasó a sus hijos. M. Coleman dijo que él estaba salvando al mundo de monstruos", señala una declaración jurada elaborada por Jennifer Bannon, agente del FBI.
"M. Coleman declaró que sabía que había hecho mal, pero que esa era la única acción que salvaría al mundo", menciona el FBI.
El sospechoso dio detalles específicos de los asesinatos. Contó, según documentos judiciales, que llevó a sus hijos a México el sábado pasado y que, como no tenía una silla para niño, puso a su bebé en una caja. Llegó hasta la zona de Rancho del Cielo, en Rosarito. Primero mató al bebé clavándole un arpón en el corazón. Luego lo hizo con su hija, quien, según su confesión, "no murió inmediatamente", por lo que tuvo que clavarle el arpón más veces.
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Matthew Taylor Coleman fue acusado en una corte federal de Los Ángeles de matar a sus hijos pequeños. Los cargos que enfrenta son de asesinato en el extranjero de ciudadanos estadounidenses.