El país donde se originó el brote de Coronavirus reportó una escasa cantidad de muertos respecto a otros países y además, una recuperación económica con crecimiento del PIB.
Los números chinos de la pandemia que nadie cree
A más de un año de la aparición del nuevo coronavirus, son más las dudas que las certezas acerca de su origen y la principal razón por la que se sabe tan poco es que el régimen comunista chino así lo decidió.
La obsesión por silenciar cualquier voz discordante con la oficial e imponer un discurso único es un rasgo común de todos los regímenes autoritarios. Pero China lo llevó a otro nivel, por su notable habilidad para controlar los flujos de información en una era en la que esta parece incontrolable gracias a los múltiples canales que habilitó internet.
A principios de febrero, se registraban en promedio hasta 4.000 contagios y 127 muertes por día, y las imágenes de personas colapsando en medio de la calle en Wuhan comenzaban a circular por un mundo que hasta ese momento no tenía registros del covid-19. Pasaron 11 meses y el panorama se invirtió por completo. Mientras que en China pareciera que el virus nunca existió, el resto de los países sigue luchando para combatirlo y se aferra a las vacunas como única esperanza.
De acuerdo con las estadísticas suministradas por Beijing, la pandemia se terminó en marzo en el país. Casi la totalidad de los 86.789 casos y 4.634 muertes confirmadas hasta el momento se produjeron entre finales de 2019 y los primeros tres meses de 2020.
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Nunca más volvieron a registrarse saltos en los contagios, y los nuevos casos se mantuvieron en promedio por debajo de los 100 diarios hasta la actualidad.
Casi todos los demás países del mundo experimentaron una primera ola mucho más fuerte que la china entre marzo y abril, y desde entonces, entre una y dos olas más.
¿Dónde quedó China en la comparación internacional? En el puesto 80º de casos y en el puesto 41º de muertes. Por lo menos eso es lo que se desprende de lo que informan las autoridades. El problema es que hay muchas razones para sospechar de esa información.
La cifra de muertos por el coronavirus en Wuhan es, oficialmente, de 2.553 personas, aunque algunos testimonios apuntan desde hace meses que la mortalidad durante el pico pudo haber sido mucho mayor. Bastaba con mirar la incesante actividad de los crematorios. Según el medio privado Caixin, conocido en China por su periodismo de investigación, en un día se llegaron a entregar 5.000 urnas a familiares, el doble de fallecidos que los que admiten las autoridades.
Cifras poco creíbles
Un nivel similar de dudas y sospechas generan las mediciones del impacto económico de la pandemia. En un mundo que sufre una recesión sin precedentes, de la que no se salva casi ningún país por las devastadoras consecuencias de los cierres masivos que implementaron los gobiernos para frenar la propagación del virus, China es la única economía grande que creció en 2020. Precisamente la nación en la que se originó el brote, la que aplicó la cuarentena más estricta y más temprana, lo que llevaría a suponer que sufrió un golpe económico mayor a otras.
No obstante, según las proyecciones del Fondo Monetario Internacional, que se nutren de las cuentas nacionales que informan los organismos de estadística de los países, el PIB chino concluirá 2020 con un crecimiento del 1,9% anual. No hay nada parecido en ninguna de las otras potencias económicas.
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