En medio del hambre, una fuga masiva de presos transformó Puerto Príncipe en una zona de guerra entre pandillas. Los pedidos de Bukele para poner orden.
Haití tomada por las pandillas: Bukele ofrece solución y pide garantías
El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, ha lanzado una propuesta audaz para abordar la escalada de violencia que ha sumido a Haití en una espiral de caos durante las últimas semanas, afirmando que su país podría intervenir para restaurar la seguridad en la nación caribeña, siempre y cuando se cumplan ciertas condiciones.
En un mensaje publicado en su cuenta de la red social X, Bukele expresó: "Podemos arreglarlo". Sin embargo, dejó claro que cualquier intervención requeriría una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, el consentimiento del gobierno haitiano y la cobertura de todos los gastos asociados con la misión.
La declaración del presidente salvadoreño llega en un momento crítico para Haití, con la capital, Puerto Príncipe, convertida en el epicentro de la violencia desatada entre facciones rivales. La reciente fuga masiva de 4.500 presos de la principal cárcel de la ciudad ha exacerbado aún más la situación, creando un vacío de poder que las bandas criminales han buscado llenar con violencia y amenazas.
El líder de una de estas facciones, Jimmy Chérizier, conocido como 'Barbecue', ha desafiado abiertamente al primer ministro haitiano, Ariel Henry, exigiendo su renuncia bajo la amenaza de desatar una "guerra civil" en el país. La presión sobre Henry ha aumentado en medio del dominio creciente de las bandas sobre Puerto Príncipe y sus alrededores, un poder consolidado tras el asesinato del presidente Jovenel Moise en 2021.
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La situación ha llevado al gobierno haitiano al borde del colapso, con la comunidad internacional observando con creciente preocupación. Según la ONU, aproximadamente 200 pandillas operan en Haití, controlando una parte significativa del territorio y perpetrando una amplia gama de actividades delictivas, desde el tráfico de armas y drogas hasta el secuestro y el asesinato.
En contraste, El Salvador ha experimentado una reducción notable en los índices de violencia bajo el liderazgo de Bukele. El enfoque del presidente salvadoreño en materia de seguridad ha sido central en su agenda política, y los resultados han sido evidentes. Sin embargo, su estilo autoritario y las medidas polémicas han generado críticas de organizaciones de derechos humanos y de la comunidad internacional.
Mientras tanto, Ariel Henry, el primer ministro de Haití, ha anunciado su disposición a renunciar una vez que se establezca un consejo presidencial de transición, en un intento por calmar las aguas turbulentas que sacuden a su país. Este anuncio se produce después de una reunión urgente entre líderes caribeños y el Secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken, en Jamaica, donde se discutieron posibles soluciones para detener la crisis en Haití.
La incapacidad de Henry para regresar a Haití debido a la violencia que ha paralizado los principales aeropuertos internacionales ha subrayado aún más la gravedad de la situación. Mientras tanto, la población haitiana continúa sufriendo las consecuencias devastadoras de la violencia, con decenas de muertos y miles de desplazados.
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