Ante las reiteradas protestas, el gobierno británico tomó la determinación de renunciar a la idea. Hay demasiados vacunados, justificó el ministro de Salud.
Inglaterra desiste del Green Pass y da marcha atrás
El gobierno británico lo pensó mejor y renunció a la idea de introducir el "Green Pass" (Pasaporte Verde) anti Covid en Inglaterra, el país más grande del Reino Unido. La confirmación fue brindada por el ministro de Salud, Sajid Javid, quien dijo que sería inútil "hacer algo solo por hacerlo".
Agregó que ya no parece necesario adoptar esta precaución restrictiva en el contexto de la isla, incluso de forma decididamente más limitada que las medidas puestas en marcha por otros países. La medida, según los anuncios, debería haber sido aprobada a fines de septiembre e imponer la obligación de certificación de vacunación (o una prueba negativa) para poder acceder a clubes nocturnos, discotecas o eventos masivos en Inglaterra (conciertos, espectáculos, eventos deportivos), según lo establecido, a partir del 1° de octubre, hasta ahora solo para Escocia entre las cuatro naciones del Reino Unido.
Sin embargo, Javid informó hoy a la BBC de que la decisión final del gobierno central, responsable de la emergencia sanitaria en Inglaterra, ya no continuará.
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"Me alegra poder decir que no seguiremos por este camino", indicó.
El ministro observó cómo en otros lugares se introdujo el Pasaporteo Verde (que tiende a ser impopular al otro lado del Canal de la Mancha y no menos desagradable a la izquierda que a la derecha del espectro político) para alentar a la gente a vacunarse.
Un objetivo que en Gran Bretaña está en proceso de alcanzarse de todos modos, argumentó, con más del 81% de toda la población mayor de 16 años ya inmunizada con 2 dosis y el 90% con una.
Queda por acelerar la campaña entre las personas de 16 y 17 años, los últimos en involucrarse por orden de tiempo, donde hasta ahora la inmunización llegó "al 55-60%", admitió Javid, sin embargo, mostrándose animado por la tendencia actual incluso en esta franja etaria.
La contraorden del gobierno de Johnson fue criticada por la oposición en el método, como una nueva "oscilación" en la gestión de la pandemia. Pero en el fondo las disputas son pocas, limitadas a una parte de los expertos, mientras que los empresarios aplauden aliviados.
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