La cuestión inmigratoria divide a los franceses que quieren más restricciones y la nueva ley que es más permisiva.
Macrón promulgó una nueva y controvertida ley de inmigración
El presidente francés, Emmanuel Macron, promulgó una nueva ley de migración después de que el Consejo Constitucional vetara una versión anterior que incluía medidas más estrictas propuestas por la derecha en el Parlamento. La normativa, compuesta por 35 artículos que fueron total o parcialmente modificados, fue aprobada y publicada en el Diario Oficial, según informó la agencia de noticias AFP.
El Consejo Constitucional censuró varias disposiciones de la ley, originalmente propuestas por la derecha, que buscaban restringir el acceso a beneficios sociales y endurecer los criterios para la reagrupación familiar. A pesar de las modificaciones, el nuevo texto mantiene la estructura inicialmente buscada por el Gobierno, destacando un apartado dedicado a simplificar los procedimientos de expulsión de extranjeros que hayan delinquido, un objetivo prioritario del ministro del Interior, Gerald Darmanin.
Un punto central en el debate de los últimos meses, relacionado con la regularización de trabajadores indocumentados en profesiones con escasa oferta laboral, se mantiene en el texto validado por el Consejo.
Entre las medidas que quedaron fuera de la ley se encuentran la creación del delito de estancia irregular, la restricción en el acceso a prestaciones sociales y el establecimiento de cuotas migratorias anuales. Asimismo, se eliminaron artículos que hacían referencia a la restricción del reagrupamiento familiar y la imposición de fianzas a estudiantes extranjeros como garantía de su futura salida del país.
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El partido de los Republicanos, de orientación derechista, denunció el fallo del Consejo Constitucional como un "atraco democrático" y un "golpe de Estado de derecho". Laurent Wauquiez, posible candidato de los Republicanos a las elecciones presidenciales de 2027, propuso que sea el Parlamento quien tenga "la última palabra".
Por su parte, Jordan Bardella, presidente del partido Agrupación Nacional, también de derecha, calificó el fallo como un "golpe de los jueces respaldado por el Presidente" y abogó por un referendo sobre el tema migratorio como la "única solución".
Ante las críticas, el ministro del Interior, Darmanin, afirmó que el Gobierno "no presentará un proyecto de ley" adicional sobre el tema. Mientras tanto, el presidente del Senado, Gerard Larcher, de los Republicanos, instó al Gobierno a "presentar un texto conforme al acuerdo" entre las fuerzas legislativas.
En medio de estas controversias, el diputado de izquierda radical Manuel Bompard solicitó la retirada de la ley, argumentando que "el texto validado por el Consejo Constitucional corresponde al texto rechazado por el Parlamento" y, por lo tanto, carece de "ninguna legitimidad".
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