El Departamento de Eficiencia Gubernamental, creado por Musk y que funcionará durante el gobierno de Trump, está reclutando altos ejecutivos tecnológicos para estudiar cómo reducir el gasto en las agencias gubernamentales.
Musk busca bajar el gasto público con ejecutivos ad honorem
El proyecto de Donald Trump de poner a Elon Musk y Vivek Ramaswamy al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, por sus siglas en inglés) para reducir el gasto público, tiene coo novedad que implementaría un despliegue de ejecutivos tecnológicos en agencias gubernamentales.
A partir del Día de la Toma de Posesión, un grupo selecto de ejecutivos de Silicon Valley, cuidadosamente elegidos por Musk y Ramaswamy, comenzará a trabajar en agencias federales para identificar oportunidades de ahorro. Inspirados por los recortes masivos implementados por Musk en X (antes conocida como Twitter), el plan es que cada gran agencia cuente con al menos dos representantes del DOGE.
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Entre los reclutados destacan figuras influyentes del mundo tecnológico, como Marc Andreessen y antiguos becarios de la prestigiosa Beca Thiel, conocida por apoyar a jóvenes emprendedores. Muchos de ellos han sido seleccionados a través de conexiones personales con Musk y Ramaswamy, o por captar su atención en redes sociales.
Aunque la mayoría trabajará como voluntarios durante un período de seis meses, algunos serán empleados especiales del gobierno, una categoría que limita su participación a 130 días al año. Musk ha dejado claro que estos voluntarios no recibirán remuneración y les ha pedido trabajar hasta 80 horas semanales, lo que ha desanimado a varios interesados.
Una estructura amorfa y confidencial
El DOGE se distingue por su secretismo. Sus operaciones se comunican principalmente a través de Signal, la aplicación de mensajería cifrada, para evitar filtraciones. Aunque inicialmente se consideró constituir el DOGE como una organización externa, actualmente opera como una red de líderes leales a Musk y Ramaswamy, sin una estructura formal definida.
Además de las agencias federales, el equipo del DOGE tendrá presencia en la Oficina Ejecutiva del Presidente y la Oficina de Administración y Presupuesto. También se ha discutido la posibilidad de establecer un grupo de expertos externo en el futuro.
El DOGE promete un "cambio drástico" en el gasto público, según Trump, quien lo ha presentado como un esfuerzo por eliminar gastos superfluos. Musk llegó a afirmar que la iniciativa podría ahorrar hasta 2 billones de dólares del presupuesto federal de 6,75 billones. Sin embargo, expertos en presupuestos han expresado dudas sobre esta meta, especialmente si Trump mantiene su promesa de no recortar programas populares como la Seguridad Social y Medicare.
Ramaswamy destacó la importancia de la desregulación, sugiriendo que el éxito del DOGE podría medirse más allá de la reducción del déficit, mientras que Musk reconoció que alcanzar los 2 billones sería un "mejor escenario posible".
Según el New York Times, el equipo detrás del DOGE incluye figuras clave como Brad Smith, ex funcionario de Salud cercano a Jared Kushner, y Steve Davis, colaborador de Musk desde hace dos décadas. Sin embargo, incluso con este liderazgo, la iniciativa enfrenta críticas.
A pesar de las dudas, los impulsores del DOGE lo presentan como un servicio patriótico. "Se puede ver como un sacrificio: dejar a sus familias y trabajos para intentar cambiar las cosas", afirmó Trevor Traina, empresario y ex funcionario de la administración Trump.
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