Se trata de Liz Cheney, una de las mayores críticas del ex presidente entre los republicanos, quien además no podrá volver a postularse para los comicios de noviembre al perder la interna.
Trump celebra la derrota electoral de una rival republicana en el Congreso
La representante Liz Cheney, una de las mayores críticas de Donald Trump entre los republicanos miembros del Congreso de Estados Unidos, no podrá volver a postularse para los comicios de noviembre al perder la interna en su estado contra una candidata apoyada por el exmandatario, que refuerza así su control de las bases del partido.
Cheney, miembro de la Cámara de Representantes por Wyoming desde 2017, y su equipo llegaron a la interna de ayer con pesimismo, conscientes de que el respaldo que Trump daba a la candidata Harriet Hageman era una gran ventaja en el estado del oeste que el exmandatario ganó por mayor margen en las elecciones de 2020.
De hecho, la hija del exvicepresidente Dick Cheney (2001-2009) ya tenía su vista puesta en un futuro político fuera del Congreso, un proyecto que podría incluir su posible candidatura presidencial en 2024, algo que la enfrentaría otra vez con el magnate Trump, que ha insinuado que quiere intentar un regreso a la Casa Blanca.
Cheney dijo hoy a la cadena NBC que Trump era "una amenaza muy grave" para EEUU y que impedir su vuelta al poder requerirá "de un frente amplio y unido de republicanos, demócratas e independientes". "Y de eso pretendo ser parte yo", agregó. Sin embargo, no quiso decir si será candidata a presidenta, aunque reconoció: "Es algo que estoy pensando".
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Anoche, la legisladora admitió su derrota y la describió como el inicio de un nuevo capítulo en su carrera política, en un breve discurso frente a un puñado de seguidores, entre ellos su padre, en un campo de Wyoming flanqueado por montañas y fardos de heno.
Cheney es la republicana de mayor rango dentro de la comisión especial del Congreso que investiga el ataque al Capitolio, que fue instigado por Trump con un ya célebre discurso en la puerta de la Casa Blanca.
En otra parte de Wyoming, a unos 650 kilómetros del lugar donde habló la legisladora, simpatizantes de Hageman se reunieron a festejar en un extenso rodeo al aire libre y un festival de cultura, muchos con botas, pantalones y sombreros de vaquero.
"Obviamente, todos estamos muy agradecidos con el presidente Trump, quien reconoce que Wyoming tiene solo un representante en el Congreso y tenemos que hacer que cuente", dijo Hageman, una abogada de la industria ganadera, de 59 años.
Trump celebró la derrota de Cheney, probablemente su mayor victoria política en una temporada de primarias en la que decenas de candidatos que le responden han obtenido resonantes triunfos de cara a los comicios legislativos de noviembre próximo, en los que se renovará parte del Congreso justo a la mitad del mandato de Biden.
"Liz Cheney debería avergonzarse de sí misma, de la forma en que actuó y de sus palabras y acciones rencorosas y mojigatas hacia los demás", escribió Trump en su plataforma de redes sociales.
"Ahora finalmente puede desaparecer en las profundidades del olvido político donde, estoy seguro, será mucho más feliz de lo que es ahora. ¡Gracias Wyoming!", apuntó.
Cheney votó a favor de un juicio político al magnate la segunda vez que Trump fue sometido a una acusación, en febrero de 2021, por haber incitado el ataque al Capitolio. La acusación no prosperó al ser absuelto por el Senado, y Trump lleva más de un año intentando desmontar esta tesis.
Desde que investiga a Trump y sus colaboradores, la congresista ha sido blanco de una serie de amenazas de muerte y ya no viaja sin escolta policial. Esto la obligó a realizar una especie de campaña en la sombra, sin mítines electorales ni actos públicos.
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