Por los violentos incidentes que el grupo antiracismo protagonizó en esa y otras ciudades.
La ciudad de Detroit demandó al movimiento Black Lives Matter
Black Lives Matter, el movimiento que cobró notoriedad durante este año luego de la muerte de George Floyd, es blanco de una demanda de parte de la ciudad de Detroit por la violencia durante sus protestas.
La muerte de George Floyd significó para el grupo un nuevo motivo para salir a las calles y generar el caos en otras ciudades como Atlanta, Baltimore, Charlotte, Chicago, Nueva York, Filadelfia y Washington, dejando a su paso alrededor de 570 protestas, pacíficas durante el día, pero en la noche se transformaban en violentas.
El grupo, que se escuda en la igualdad racial y social, es el artífice del 91% de los disturbios en EE.UU, entre el 26 de mayo y el 12 de septiembre, según US Crisis Monitor. Mientras que la cifra de daños a raíz de la muerte de Floyd alcanzaron los 2000 millones de dólares.
Entonces, es de pensar que la demanda interpuesta por Detroit tendría base, ante una organización que inclusive generó el caos en la noche de las elecciones en EE.UU, causando destrozos y sometiendo a simpatizantes de Trump apostados alrededor de la Casa Blanca.
Incidentes en Washington durante una manifestación
Una conspiración civil
Todo comenzó en agosto cuando activistas de BLM demandaron a la ciudad porque presuntamente la policía respondió con violencia cuando los protestantes tomaron las calles.
Los manifestantes pidieron a un juez federal que prohibiera a la policía el uso de "herramientas de fuerza excesiva", como armas químicas, cañones de sonido y balas de goma. El tribunal falló a favor y restringió el uso de la fuerza a los funcionarios.
Pero la ciudad respondió de igual manera. Una nota de The Intercept afirma que Detroit demandó al grupo por ser parte de una "conspiración civil" que busca "perturbar la paz, participar en conducta desordenada, incitar disturbios y destruir propiedad pública".
Más allá de ambas demandas, el significado de la disputa legal se traduce en una nueva etapa donde las autoridades y grupos sociales se enfrentan dentro de un país que iría rumbo a un gobierno demócrata, el cual no ha sido claro en su posición ante las protestas violentas lideradas por BLM.
Fuente: PanAm Post
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