La líder del partido de extrema derecha Hermanos de Italia, criticó a los medios que la cuestionan
La favorita a la Presidencia de Italia niega ser una amenaza democrática
La dirigente ultraderechista italiana Giorgia Meloni, quien encabeza las encuestas previas a las elecciones parlamentarias del 25 de septiembre, asegura que no será un peligro para la democracia si llega a ser primera ministra.
Meloni hizo declaraciones en un mensaje grabado en inglés, francés y español, distribuido el miércoles por su campaña.
Dijo que son "tonterías" las críticas de que si su partido Hermanos de Italia llega al poder, habrá una "deriva antidemocrática" o un "cambio autoritario", o que el país podría salir del grupo de naciones europeas que usan el euro.
Además, se refirió a los artículos de prensa, según los cuales la victoria de los Hermanos de Italia sería "un desastre, que conduciría a un cambio autoritario, a la salida de Italia del Euro y otras tonterías de este tipo".
Meloni milita en la ultraderecha desde los 15 años, cuando se inscribió en el Frente de la Juventud del Movimiento Social Italiano, MSI, el partido que fundaron en 1947 los sobrevivientes de la élite de la República Social Italiana en el norte italiano, bajo la guía de Giorgio Almirante, ex ministro del Duce. Cuando el MSI se disolvió tras la muerte de Almirante, Meloni pasó a la Alianza Nacional de Gianfranco Fini, que era la continuidad del movimiento fascista tradicional. Se convirtió ahí en una periodista de los medios afines y cuando la alianza ya no tenía oxígeno, la joven Meloni fundó en 2012 Fratelli d'Italia (Hermanos de Italia), siempre en la misma línea sucesoria.
A los 29 años fue elegida por primera vez como diputada y enseguida se hizo famosa por sus posturas de derecha radical en materia de inmigración, derechos LGBT y aborto. Dos años después pasó a ser ministra de la Juventud en el gobierno de Berlusconi.
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Su partido usa como símbolo una llama tricolor que había sido el ícono de un partido neofascista entre cuyos miembros había admiradores de Benito Mussolini, el dictador fascista cuyo régimen se extendió desde las décadas previas a la Segunda Guerra Mundial hasta promediar ese conflicto.
Muchos han criticado a Meloni por sus ambigüedades al denunciar el pasado fascista, pero en su mensaje del miércoles rechazó esas acusaciones."La derecha italiana ha relegado el fascismo a la historia desde hace décadas, condenando sin ambigüedades la privación de la democracia y las infames leyes antijudías", dijo la candidata presidencial.
Las encuestas recientes dan una leve ventaja a Meloni sobre su principal rival, el expremier Enrico Letta, del Partido Demócrata.
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