Por su parte, el ex presidente Lula Da Silva alerta sobre peligro de parapoliciales bolsonaristas.
Bolsonaro ratificó su apoyo a Trump luego de los incidentes
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ratificó su alianza con su par estadounidense, Donald Trump y repitió que hubo "fraude" en las elecciones ganadas por Joe Biden, mientras que el líder opositor y exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva advirtió que el actual Gobierno brasileño tiene mafias parapoliciales para repetir escenas como la invasión del Capitolio en Washington.
La violenta irrupción de ayer de partidarios de Trump en el Capitolio mientras el Congreso certificaba el triunfo de Biden repercutió en Brasil, con Bolsonaro encolumnado detrás de la agenda de Trump y poniendo dudas no tan solo en la transparencia de la elección de Estados Unidos, sino de cara a su reelección en 2022.
El expresidente Lula, del Partido de los Trabajadores, alertó que el ataque al Congreso estadounidense "para Brasil es un alerta sobre lo que puede ocurrir, incluso peor, aquí, si no es contenido el autoritarismo de Bolsonaro y sus parapoliciales, si siguen siendo toleradas las violaciones a la libertad y a los derechos".
Luego de viajar a Cuba, adonde se trasladó para participar de un documental del director estadounidense Oliver Stone, Lula alertó: "La invasión al Capitolio revela crudamente lo que ocurre cuando se intenta sustituir la política y el respeto al voto por la mentira y por el odio, incluso en un país que gusta presentarse como campeón de la democracia".
Ver: El Congreso de EEUU ratifica la victoria de Biden
Todo el arco político brasileño, incluido el expresidente Fernando Henrique Cardoso, condenaron el ataque, menos Bolsonaro, que habló con militantes de ultraderecha en la puerta del Palacio de la Alvorada, la residencia presidencial.
"Yo seguí todo, saben que estoy vinculado a Trump y saben cuál es mi respuesta. Mucha denuncia de fraude. Yo creo que sí, hubo fraude descarado", dijo Bolsonaro.
Brasil fue el último país del Grupo de las 20 naciones más ricas (G20) en reconocer a Biden como presidente electo de Estados Unidos.
El ultraderechista brasileño dijo que en las elecciones de 2018 en las que fue electo hubo fraude en su contra, aunque no presentó pruebas.
Bolsonaro lleva adelante una campaña para incorporar un ticket impreso en las urnas electrónicas brasileñas, que funcionan sin denuncias de fraude desde 1996.
El bolsonarismo contó en 2018 con el apoyo de Steve Bannon, exasesor de Trump, que creó el foro conservador que dirige el diputado Eduardo Bolsonaro, hijo del presidente, el más allegado a la familia Trump.
El viernes pasado, el diputado Bolsonaro estuvo en la Casa Blanca con su esposa e hija recién nacida, Georgia, invitado por la hija de Trump, Ivanka.
En Brasil, el Supremo Tribunal Federal (STF) neutralizó en julio a grupos ultraderechistas que por canales de YouTube y centrales de fake news pedían el cierre del Congreso y la corte suprema, abriendo una causa contra sus líderes por antidemocráticos.
Ver: Trump prometió que habrá una "transición ordenada"
Los principales referentes o se han ido fuera del país o están con arresto domiciliario, casi abandonados por Bolsonaro, quien al inicio de la pandemia apareció en actos que pedían el cierre del Congreso y una intervención militar para derrocar al STF.
Alineados con las estrategias de Bannon, los grupos de ultraderecha fueron retirados de la escena también por el presidente Bolsonaro, quien logró hacer una alianza con el "Centrao", grupo de partidos de derecha que le dieron mayoría en el Congreso para evitar un juicio político.
Es en esa nueva relación política que Bolsonaro dio señales al mercado financiero de que tendría apoyo parlamentarios para su agenda de ajuste fiscal y reformas para achicar el Estado y reducir impuestos.
A la vez, Bolsonaro ha repetido que la población debe resistir cualquier nueva cuarentena contra la pandemia comprando armamento bajo el lema de que "un pueblo armado no será esclavizado".