El Tribunal Supremo de Brasil dio la orden al Ejército de desmantelar los campamentos bolsonaristas y también exige a plataformas de las redes sociales bloquear la propaganda a favor del "golpe".
Brasil investiga quién dirigió los disturbios en la capital
El Tribunal Supremo brasileño, ordenó durante la madrugada de este lunes que el Ejército nacional desmantele los campamentos de fanáticos bolsonaristas en todo el territorio de Brasil. "Nada justifica la existencia de campamentos de terroristas", expresó un juez.
Los sucesos ocurridos desde la tarde de este domingo en Brasilia, donde miles de seguidores del ex jefe de Estado, Jair Bolsonaro, tomaran las sedesd el Congreso, el Supremo y el palacio presidencial. Por los incidentes hay más de 300 detenidos y la policía continúa arrestando a todos los manifestantes que continúen en las calles.
El juez del Tribunal Supremo también ordenó a las plataformas de redes sociales Facebook, Twitter y TikTok bloquear la propaganda a favor del golpe.
Las autoridades brasileñas han comenzado a investigar el peor ataque contra las instituciones del país desde la restauración de la democracia hace cuatro décadas, y el presidente Luiz Inácio Lula da Silva ha prometido llevar ante la justicia a los responsables de los disturbios.
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"Nada justifica la existencia de campamentos de terroristas, financiados con la complacencia de autoridades civiles y militares de forma totalmente subversiva y sin respeto alguno hacia la Constitución", dijo Alexander de Moraes, ministro del Supremo Tribunal Federal de Brasil.
Fue el mismo magistrado el que apartó de su cargo, al menos por 90 días, al gobernador del Distrito Federal de Brasilia, Ibaneis Rocha, quien había pedido disculpas a Lula Da Silva y a la cupula de los poderes Judicial y Legislativo por lo ocurrido en la capital.
En horas de la noche, Bolsonaro, quien se encuentra en Estados Unidos, cuestionó las manifestaciones e "invasiones a los edificios públicos de Brasil". "A lo largo de mi mandato, siempre estuve dentro de la Constitución, defendiendo y respetando las leyes, la democracia, la transparencia y nuestra sagradas libertades", escribió y cerró repudiando las acusaciones "sin pruebas, atribuidas a mi por parte del actual jefe del Ejecutivo de Brasil".
El presidente Lula da Silva lo había acusado de ser responsable y declaró intervención federal en Brasilia. El decreto implica que las fuerzas federales "pueden actuar" para preservar la seguridad.
"Quien haya hecho esto será encontrado y castigado. La democracia garantiza el derecho a la libre expresión, pero también exige que las personas respeten las instituciones. No hay precedente en la historia del país de lo que hicieron hoy. Por eso deben ser castigados", escribió el mandatario en sus redes sociales.
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